Un testigo reabre la sospecha de que el «Prestige» venía tocado

Pablo González
pablo gonzález REDACCIÓN / LA VOZ

GALICIA

El piloto del Helimer Galicia asegura que un tripulante, enfadado con Mangouras, le dijo que el buque llevaba varios días con una vía de agua

19 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El juicio del Prestige entró ayer en el territorio de los testigos próximos al barco, los que presenciaron los momentos posteriores a la avería inicial, el largo periplo de remolque, las idas y venidas para evacuar tripulantes, las primeras manchas de fuel... En una sesión que estrenó las videoconferencias y que contó con siete testigos (los capitanes de los remolcadores Charuca Silveira, Alonso de Chaves y Sertosa 32 y cuatro comandantes de helicópteros), parecía que las sorpresas iban a ser pocas. Pero este caso está condenado a sorprender incluso en las sesiones más rutinarias. Fue uno de los dos comandantes del Helimer Galicia, Francisco Muñoz Corrales, el que relató una conversación mantenida con uno de los 17 tripulantes que fueron evacuados en su helicóptero en la tarde del 13 de noviembre del 2002 -otros siete fueron en el Pesca I-. Cuando llegaron al hangar de la base, el tripulante mostró su enfado con el capitán Mangouras porque no había tomado medidas. «Me comentó que llevaban con ese problema cuatro o cinco días y que no se había solucionado la vía de agua».

La sorpresa de muchos abogados era evidente. De hecho, el letrado de la armadora, Santiago Zabaleta, trató de quitarle hierro a esta declaración, alegando que podía tratarse de un malentendido debido a que la conversación fue en inglés. «Probablemente le dijo que llevaban varios días en el temporal». Sin embargo, el testigo se reafirmó en la expresión más comentada del día. «No, se refirió a una vía de agua».

Los tripulantes no declararán

La revelación daría pábulo a las teorías, la mayoría defendidas por técnicos gubernamentales españoles y franceses, de que la derrota del Prestige previa al accidente era la de un barco con problemas, con una velocidad baja y un rumbo irregular que derivaba hacia tierra. Sin embargo, este testimonio probablemente llega tarde a la causa. Ninguno de la media docena de tripulantes que declaró en Corcubión hace referencia a esa vía de agua. Pero a algunos ni siquiera se les preguntó: sus testimonios, claves en este caso, se zanjaron en su momento con muy pocas preguntas, de forma que sus declaraciones son muy pobres. Para complicar aún más las cosas, el tribunal comunicó ayer a las partes que los tripulantes filipinos citados no declararán en el juicio.