Galicia ha perdido 150.000 menores de dieciséis años en solo tres décadas

c. p. redacción / la voz

GALICIA

20 nov 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La frialdad de las estadísticas puede llegar a enfriar la realidad, pero en el caso de la demografía gallega nada maquilla ya que la comunidad está ante su mayor problema. Galicia envejece a un ritmo acelerado y sus servicios se hacen cada vez más dependientes de las aportaciones de los que trabajan, y en provincias como Ourense y Lugo, incluso de las que tiene que hacer la caja común estatal para cubrir el pago de sus pensiones.

Es una cifra más, pero tan ilustrativa de lo que Galicia está atravesando que vale la pena detenerse un instante y reflexionar sobre las consecuencias que entraña que en 1981 hubiese 702.559 residentes con edades comprendidas entre cero y 16 años y hoy, treinta años después, sean solo 342.444 los habitantes con dichas edades. El INE apunta a que en el 2022 serán aún menos, 326.180.

En el extremo contrario de la tabla de edades, el grupo de los mayores de 65 años contaba en 1981 con 377.889 integrantes, y pasará a tener dentro de diez años nada menos que 666.310, según las estimaciones poblacionales presentadas ayer.

Las dos realidades harán posible que la pirámide de Galicia se haya dado la vuelta en cuatro décadas y con ello dejará encima de la mesa una comunidad sin jóvenes y sin generación de trabajo, abocada así a una mayor emigración y, por lo tanto, a más declive poblacional.