En el año 2001 murieron 52 peatones arrollados en las carreteras de Galicia. Diez años después, la cifra de víctimas mortales en atropellos se ha reducido de manera espectacular hasta llegar a 20 fallecidos. Y hay que tener en cuenta, además, que en uno de los atropellos del 2011, ocurrido en Ordes, perdieron la vida tres personas.
El descenso en el número de atropellos tiene mucho de simbólico en lo que se refiere a la siniestralidad vial en Galicia. De hecho, los atropellos siguen siendo uno de los mayores problemas del tráfico en la comunidad. Son muchos los peatones que a diario utilizan las carreteras para realizar actividades de su vida diaria, por lo que el riesgo que corren es elevado.
En los últimos años se ha logrado una mínima concienciación que ha permitido reducir el número de atropellos mortales. Así, en la actualidad se ha incrementado la utilización de chalecos y brazaletes reflectantes por parte de los peatones, lo que contribuye a elevar su protección en la carretera, especialmente en los meses de invierno porque la visibilidad se reduce de forma considerable en toda la comunidad.