Siete magistrados progresistas y cuatro conservadores han asestado un buen bofetón en la cara a un Gobierno de izquierdas (el de Zapatero) que hace tres meses se empeñó en ir contra el sentido común para ponerle la zancadilla a uno de derechas (el de Feijoo). El dictamen firmado por la Sala Primera del Constitucional es inapelable porque carece de suspicacias ideológicas y porque rebate uno a uno los pobres argumentos que Pajín y los suyos esgrimieron durante meses contra el catálogo de genéricos, además de deslizar críticas que una mayoría social ya compartía. Del fallo se deduce que el ministerio se equivocó. Que Leire quiso hacer política con la iniciativa gallega aún a riesgo de ir contra las leyes que emanaban de su propio departamento. Normas que exigen encarecidamente que se ahorre en gasto farmacéutico para garantizar la viabilidad del sistema. ¿No les resulta familiar?