Casi cinco años después de la marea negra que barrió el litoral gallego, el Gobierno ha admitido que el fuel no es inocuo para las personas y que el vertido del Prestige ha provocado daños en la salud de quienes participaron en las tareas de limpieza. Este reconocimiento llega avalado por las conclusiones de un estudio científico que ha indagado en los efectos de la exposición directa al chapapote y tras la pregunta realizada al respecto en junio por el senador del BNG Francisco Jorquera.
En su respuesta, el Ejecutivo recurre precisamente a una de las conclusiones de la investigación para corroborar la existencia de secuelas, sobre todo respiratorias, a causa de la retirada de hidrocarburos sin los adecuados medios de protección. «Los resultados actuales muestran un incremento de riesgo de síntomas respiratorios, hiperreactividad bronquial, estrés oxidativo, inflamación pulmonar, remodelado bronquial y vascular, y daño cromosómico asociado a la participación en la limpieza del fuel de uno a dos años después de la misma», se afirma en el estudio. Para Jorquera, esta respuesta dada desde Madrid «é a constatación da actitude neglixente e irresponsable do anterior Goberno e da anterior Xunta, que se negaron sempre a facer estudios sobre o impacto do fuel na saúde da poboación como parte da súa estratexia para minimizar a catástrofe», asegura el senador nacionalista.
El actual Ejecutivo sí informa en su contestación que tiene constancia de que el resultado del estudio -realizado por investigadores de las universidades de A Coruña, Madrid y Barcelona con los casos de más de 800 marineros gallegos- se ha remitido al Instituto de Salud Carlos III, y que el proyecto ha sido subvencionado por el Fondo de Investigaciones Sanitarias (FIS). También reconoce que, a la vista de los datos clínicos y epidemiológicos recogidos en la investigación, es necesario un seguimiento de la población analizada para ver la evolución en el tiempo de los casos estudiados y para elaborar estrategias adecuadas «de prevención ante futuras catástrofes, con especial énfasis en la protección respiratoria». Incluso anuncia un nuevo proyecto para «clarificar, confirmar o matizar» el estudio. Lo que el Gobierno no menciona para nada son las medidas compensatorias para las personas afectadas que sí ha solicitado el Bloque. «A resposta é positiva porque admite unha realidade, pero insuficiente. Botamos en falta un compromiso máis claro», dice Jorquera.
Estudio global
El BNG reclama así un estudio sanitario global que analice, «unha por unha», el estado de salud de todas las personas que estuvieron en contacto con el fuel del Prestige (marineros, voluntarios y personal contratado) para, por un lado, desarrollar tratamientos médicos individualizados y, por otro, estudiar «as posibles indemnizacións ás que as persoas afectadas terían dereito».