DESIDERIO Roca, un marinero de Cervo, está convencido de que volvió a nacer después de que le practicaran una operación quirúrgica de varias horas. Un equipo multidisciplinar del hospital Polusa, de Lugo, le extrajo de la base del cráneo un pico de pez espada de nueve centímetros de largo por tres de ancho. Permaneció 27 días en el interior de su cabeza, sin que nadie sospechara que los dolores que tenía, que según el propio afectado no eran muy intensos, procedían de este objeto. El pico de la espada del pez se lo clavó el 25 de febrero, cuando faenaba en el buque palangrero Isami . Pescaban ejemplares de esta especie en aguas del este de las Azores. Un viraje de la nave hizo que el marinero, que en ese momento trataba de sacarlo del agua, chocara con el animal. El golpe fue tan violento, según explicó el propio Desiderio, que el pico del Xiphias gladius se le introdujo por la base de la nariz y le atravesó la cabeza hasta la base del cráneo. Nadie, ni siquiera él, vio el objeto extraño ni en ese momento ni en las consultas posteriores, ya en tierra cuando regresó de la marea. Lo trataron de una herida en la base de la nariz, que combatieron con calmantes y antibióticos. Veintisiete días después del golpe con el pez espada, Desiderio Roca presentaba una infección muy grande. Fue el equipo disciplinar de Polusa, formado por dos especialistas en cirugía del cuello, un neurocirujano, un oftalmólogo y un radiólogo, quienes descubrieron de dónde procedía la infección. Una pista, según contó Desiderio, se la facilitó otro compañero del barco, quien le comentó que al pez con el que se había dado el golpe le faltaba un pedazo del pico. Lo buscaron y lo encontraron. Los especialistas nunca se habían enfrentado a un caso similar. Desiderio Roca será dado de alta mañana y dentro de poco volverá a la pesca de altura, en la que lleva 22 años sin ningún accidente laboral.