Zapatero y Schröder evitan aclarar el futuro de los fondos comunitarios

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El canciller alemán consigue el apoyo del Gobierno español para flexibilizar el Pacto de Estabilidad La cumbre hispano-germana de León concluye con escasos acuerdos

08 nov 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

La cumbre hispano-germana celebrada ayer en León supuso una nueva ocasión perdida para aclarar el futuro de la política europea de cohesión. «Zapatero convence por su franqueza y su disposición al diálogo. Ha redefinido el papel de España en la Unión Europea y resulta fácil hablar con él», aseguró Gerhard Schröder. Sin embargo, este clima de buen entendimiento no fue suficiente. Los gobiernos de ambos países sentaron las bases de lo que debe ser la Europa ampliada desde dos puntos de partida bien distintos: el de Alemania como el principal contribuyente a los presupuestos europeos que quiere rebajar su aportación hasta el 1% del PIB, y la condición de España como uno de los receptores de los fondos de cohesión comunitarios que aspira a no perder estos recursos de repente con la incorporación a la Unión de países con mayores necesidades. Ambos mandatarios reconocieron que en los dos próximos años será necesario un gran esfuerzo negociador para alcanzar un acuerdo que concilie estos intereses en principio divergentes, aunque se mostraron convencidos de que lo lograrán: «Quiero agradecer a Schröder la aportación de su país a la cohesión europea, porque la prosperidad que viven países como España se debe en gran medida a la contribución de países como Alemania», destacó en este sentido Zapatero. Como primer paso, el canciller Schröder se llevó ayer de León el apoyo del Gobierno español a una de las principales aspiraciones alemanas en la futura política económica europea, como es la de aflojar el corsé presupuestario que suponen para los estados miembros las exigencias de contención de déficit público del Pacto de Estabilidad. Los presidentes de ambos países reconocieron que la UE precisa de unas reglas comunes, pero Schröder reclamó un mayor grado de flexibilidad de estas directrices para que los estados miembros tengan autonomía a la hora de reaccionar ante cada situación concreta, y que a su juicio actualmente están limitando las posibilidades de crecimiento económico de su país. «Es conveniente para la economía de la Unión Europea que la economía alemana vaya bien», dijo Zapatero en este sentido.