Los extranjeros invaden Rio

Marta D. Brown

GALICIA

BRUNO DOMINGOS

El carnaval brasileño reúne a 80.000 visitantes foráneos durante cuatro días, una cifra que constituye un récord para una ciudad cuyo negocio más importante es esta fiesta

23 feb 2004 . Actualizado a las 06:00 h.

Hay quien lo denomina el mayor espectáculo sobre la Tierra. Para los brasileños, y, sobre todo, para los de Rio de Janeiro, sin duda lo es. El desfile de las escuelas de samba es uno de los acontecimientos que sirve de termómetro para calibrar la temperatura, por lo general tórrida, del Carnaval de Brasil. En el sambódromo se reunieron 100.000 personas el domingo, de las que 10.000 eran turistas extranjeros. La fiesta carnal es uno de los mayores negocios para Rio: en sólo cuatro días sus comercios facturan 165 millones de dólares y la ciudad recibe a un quinto de los dos millones de visitantes extranjeros anuales. Este año, los célebres festejos reunieron en Rio a 320.000 turistas brasileños y 80.000 foráneos. Estos últimos son un 15% más que el año pasado, por lo que la estrategia de bienvenida de las autoridades ha funcionado a la perfección. Para evitar las molestias a los viajeros norteamericanos que llegaban a la ciudad por aire, grupos de garotas recibían con regalos a los turistas, en compensación por los estrictos controles con los que Brasil respondía a las celosas medidas de seguridad de EE. UU., en lo que se dio en llamar la «guerra de los pasaportes». Ocio y negocio Estos días Rio combina ocio y negocio de forma natural. Los palcos del sambódromo, diseñado por Óscar Niemeyer, son alquilados por multinacionales y ofrecen a sus invitados inmejorables panorámicas de los desfiles. Por su parte, las cervecerías brasileñas despachan los millones de litros que demandan los asistentes, que continúan la fiesta ininterrumpidamente por las calles, en clubes y residencias.