Más puentes entre Vigo y A Coruña

GALICIA

Francisco Vázquez y Carlos González Príncipe proyectan el renovado acercamiento de ambas ciudades

24 mar 2001 . Actualizado a las 06:00 h.

Se han criticado y desprestigiado en público, han luchado por el poder interno en su partido, han confrontado a las dos ciudades a las que representan, pero todo eso parece que empieza a ser historia. Actualmente son compañeros de escaño en el Senado y eso lo cambia todo. Mientras Esperanza Aguirre vigila que el señor de Murcia no se pase de tiempo en su petición de fondos al Gobierno central, los senadores Carlos Príncipe y Francisco Vázquez proyectan codo con codo el diseño de los nuevos puentes sobre los que quieren asentar la política exterior de las dos mayores ciudades de Galicia. El pilar principal Intercambio de opiniones sobre las dos cajas de ahorro de la comunidad autónoma, cambio de cromos sobre los proyectos museísticos, algunos comentarios sobre las ansias que desde la cúpula del PSOE nacional tiene el secretario de organización, José Blanco, Blanquito, de renovarlos a ambos... ¡Ahí! Sobre esa cuestión colocarán ambos el pilar principal del nuevo puente. Los dos siempre con el secretario general de los socialistas gallegos, Emilio Pérez Touriño, claro, pero por qué no fortalecer, al mismo tiempo, el papel de las dos ciudades. Primero fueron las visitas de intercambio de organizaciones vecinales de ambas ciudades y varias recepciones municipales con el máximo boato y oficialidad. Y ahora toca el turno interno. Javier Losada, secretario general de los socialistas coruñeses, visitará el jueves por primera vez a sus compañeros de partido de Vigo, con un único objetivo. «Vamos a conseguir normalizar las relaciones entre A Coruña y Vigo», asegura el ex-alcalde vigués Carlos Príncipe, para quien las luchas internas en el PSdeG ya son historia. «Paco y yo estamos detrás de Touriño, empujando», pero hacia arriba, matiza el ex-alcalde vigués, para que nadie piense en las guerras del pasado. Amigos para siempre Así, que tiemble Scaloni, porque de aquel «Vigo no» al amigos para siempre solo les separa unas cuantas horas más de tediosos discursos en el Senado. Aunque para conseguirlo del todo, quizás Carlos Príncipe tendrá que convencer antes a su socio de gobierno municipal, el nacionalista Lois Pérez Castrillo, de que las conjuras que el del Bloque Nacionalista Galego advierte contra Vigo desde el resto de Galicia no son más que sombras de molinos, y no peligrosos gigantes.