—Se trae una maleta repleta de proyectos...
—He sido muy prolífico estos últimos dos años y he grabado tres discos, de los cuales dos han salido al mercado y tercero está a punto de salir dentro de poco. Ahora voy a empezar la grabación de otro trabajo, muy enfocada al piano flamenco con cantaores y guitarristas. También vamos a comenzar un proyecto muy bonito dedicado a un pianista fantástico francés, que se llamaba Michel Petrucciani, que nos dejó hace muchos años. Todo nace de la admiración que siempre he tenido por él y que tuve la oportunidad de conocerlo. Vamos a empezar a hacer conciertos a partir de octubre en su homenaje. También celebro los 25 años del disco que hice con Martirio, Coplas de madrugá, que cambió tanto el mundo de la copla.
—¿Qué le aportan los conciertos?
—Son la confirmación de que lo estás haciendo bien. Es ver que la gente está feliz, contenta, eso es lo más de lo más. Es el momento en el que te expresas todo lo que has estado practicando y sale ahí.