El arte de besar volando

FUGAS

«El increíble viaje de los besos voladores», escrito con mucha dulzura por María Inés Cuadrado e ilustrado con mucho amor por Aldara Prado.
«El increíble viaje de los besos voladores», escrito con mucha dulzura por María Inés Cuadrado e ilustrado con mucho amor por Aldara Prado.

¿Cuántas clases de besos hay? María Inés Cuadrado y Aldara Prado nos lo descubren en un libro sin límite de edad

03 oct 2021 . Actualizado a las 10:43 h.

Leer no siempre es fácil. Hay que buscar el momento, el tiempo, el rincón. El increíble viaje de los besos voladores necesita solo unos minutos para catarlo, cualquier momento será suficiente y cualquier lugar será idóneo. La butaca de la abuela con un colo agarimoso en el que se cobija el nieto será fantástica si se llena de besos. María Inés Cuadrado es la autora de una obra que no conoce los límites de edad, y que va dedicada a los que enseñan nuevas dimensiones del amor. También hay un mensaje para Aldara Prado, la artista de las ilustraciones. «Para ti, y para todas las personas a las que quieres, que te quieren y que te querrán».

La obra parte explicando que hay muchas clases de besos... tantos como colores tiene el amanecer. Habla de los que vienen envueltos en un abrazo y de los que son duros y fuertes, que a veces acompañan mordiscos. Los hay de buenas noches y de buenos días; otros son musicales y muy atrevidos. Se habla de los besos «comelágrimas» y, con una ilustración que a golpe de vista llena de sensatez las dos páginas del libro, se explica que «son los que dejan la cara limpita. No paran de comer hasta que aparezca una sonrisa».

Los mejores

En las páginas siguientes aparecen dos enamorados. Sus besos suelen durar mucho y a veces no se sabe quién comenzó. También están los estirados, que no se tocan; los de nariz, los de las pestañas. Y los remolones. La autora confiesa que los que más le gustan son los voladores: «Se dan de lejos... A veces vuelan impulsados por la mano o flotan sobre una nube dejándose llevar».

Un anciano solitario pesca en un barco y a su frente le llega uno de esos besos de aventuras que le hacen perderse en su memoria y recordar aquel momento especial.

La vida del beso es larga. Eterna, si es sincero. Con forma de corazón busca su destino. Cercano, lejano. No importa. Lo fundamental es siempre el destinatario. Tú o él. Ella también. Mejor de uno en uno. El libro cuida la caligrafía, de Chelen Écija, quien utiliza trazos claros, clásicos, que invitan a viajar. A bordo de ese beso.