Abrazan la independencia desde el intimismo. Han tardado 10 años en ser descubiertos pero un disco con colaboraciones los ha puesto en órbita
11 may 2019 . Actualizado a las 16:10 h.Muchos fuimos los que nos preguntamos de dónde salía aquel grupo que había conseguido que Mikel Izal, Rozalén, Marlango, Mikel Erentxun, Iseo o Rayden colaborasen en su disco. La primera sorpresa fue saber que para nada eran unos advenedizos. El disco se titulaba Décimo en honor a sus 10 años de trayectoria. La segunda fue conocer que su vocalista y compositora era la hija de Sergio y de Estíbaliz, cuestión que a base de tesón han conseguido relegar a un segundo plano.
-¿Qué fue lo más importante que aprendiste en esos años de travesía por el desierto?
-A controlar las expectativas. A no hacer un disco o un proyecto intentando conseguir algo en concreto. El ejemplo fue Décimo. Iba a ser solo un disco de transición. Jamás imaginamos que nos llevaría a todo esto.
-¿Cómo fue la selección de invitados?
-Son todos colegas. Fuimos a lo fácil. No llamamos a ningún teléfono desconocido. Y por supuesto sin preocuparnos de estilos.
-Una colaboración soñada para «Vigésimo».
-Depedro. Tengo unas ganas de cantar con Jairo que me muero. Y con Xoel López. Y sería un sueño cantar con Julieta Venegas.
-¿Tendréis invitados en Galicia?
-En A Coruña sí. Subirán a cantar con nosotros la gran Silvia Penide, Jorge Casanz, Carmela Pequeña y Carmen Picado.
-Grabasteis tres discos con Warner, pero lo habéis petado con uno autoproducido.
-Las multinacionales son buenas para hacer grande lo que ya es grande. A nosotros no nos hacían caso y no los culpo. Es que no tenían tiempo para hacernos caso. Por eso tras Buenaventura decidimos dejar Warner.
-El viernes pasado, anunciado vuestro bolo en El Náutico, me aventuré a hablar de pop «indimista». ¿Va por ahí la cosa?
-[Se ríe] Pues mira, podría ser. Sí, nosotros vamos por esa línea más ensoñadora del pop... me da miedo llamarlo indie. Bueno, me da miedo llamarlo de cualquier manera.
-Habéis grabado un tema en el disco de homenaje a Mecano. ¿Qué supuso para ti?
-Cuando yo empecé a escuchar Mecano, el grupo ya no existía. Pero aún así recibí su influencia. Me ha hecho mucha ilusión grabar su canción y llevarla a nuestro terreno.
-Dices que buscáis deshaceros de «los tópicos y las fórmulas manidas del pop español». ¿A qué te refieres?
-A lo que está todo el día en las radiofórmulas. Pero no es que busquemos deshacernos, es que ya no nos sale. Nuestras referencias son otras muy distintas.
-También has dicho que los festivales no son vuestro hábitat natural.
-No es que no lo sean, que sí que nos gustaría que lo fuesen. Pero es que no nos programan en ninguno. Van siempre los mismos.
-¿A qué crees que se debe?
-No lo sé. Pero estoy segura de que Mäbu se adaptaría perfectamente a tocar delante de miles de personas en un festi.
-¿Qué música oías de niña en tu casa?
-De todo. Cuando mis padres estaban en Mocedades empezaron haciendo folklore americano y canciones de las que cantaban los negros que recogían algodón. Luego, ya como Sergio y Estíbaliz se acercaron a la canción popular latinoamericana. Hoy en mi casa Latinoamérica sigue presente todos los días. Me encanta que ahora haya gente que ha rescatado aquel folklore y que lo convierta en cool y en cultura.
-¿Te molesta lo de «el grupo de la hija de»?
-Depende de quien venga. Creo que le di demasiadas vueltas a eso. Al principio sí me molestaba por aquello de reivindicarme. Pero me he dado cuenta de que la gente me lo dice con cariño. Hoy me jode más que pongan Mäbu con diéresis en la u.
-Por cierto, Txarlie, tu pareja real y en el grupo, ¿no te recuerda mucho a tu padre?
-Igual hay algo de Edipo [se ríe]. Pero no. Físicamente podría parecerse algo a mi padre en la época del Cantinero de Cuba pero son completamente distintos. Te lo aseguro.
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