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La musa de Tarantino en los 90, que en los últimos tiempos saltó a la actualidad como una de las víctimas de Harvey Weinstein, regresa a la gran pantalla con «Blackwood»
10 ago 2018 . Actualizado a las 05:05 h.Uma Thurman es una actriz distinta, musa del cine de Tarantino en los 90 (Kill Bill, Pulp Fiction, Abierto hasta el amanecer...) y representante a la perfección la mujer del siglo XXI. Su personaje de Mia Wallace en Pulp Fiction, del que hay un póster del que se han vendido millones de ejemplares, y un baile con Travolta en esa misma película, la han convertido en una de las imágenes más representativas de la cultura pop. Detrás de su fachada de mujer icono se esconde una madre a quien le faltan horas para llevar a cabo su rutina y que vio su carrera marchitarse por la presión de Harvey Weinstein, como ella misma expuso en una carta firmada en el New York Times. Estos días regresa a la cartelera española con Blackwood, la nueva película de Rodrigo Cortés, donde comparte protagonismo con Anna Sophia Robb.
-Llevaba algún tiempo en el «dique seco», por diferentes circunstancias. ¿Está contenta de regresar al cine?
-Estoy encantada de trabajar con Rodrigo Cortés, aunque la película sea una pesadilla para los protagonistas. Es una rara joya.
-¿Ha pasado ese momento decisivo de muchas actrices, que ven su carrera desde una perspectiva diferente?
-Por supuesto. He pasado mucho tiempo sin trabajar. Ahora pienso desde la perspectiva de mi hija, que está empezando en esta profesión. A mí me hace feliz verla dar sus primeros pasos en la industria, aunque, como madre, me de miedo. No solo por mi hija, sino por las hijas de todos, es necesario el dialogo que se está creando sobre el maltrato a las mujeres. Hay que acabar con la represión del talento. Creo que las mujeres necesitamos ofrecer nuestro talento en toda su extensión. Como mujer que ha trabajado toda su vida, desde los 15 años, mi propia forma de entender el feminismo fue desde mi intento y mi lucha por lograr el triunfo. Vengo de Massachusetts sin lazos o relaciones con el negocio del cine, por supuesto que no fue un viaje seguro, pero fue uno en el que emprendí y puedo sentirme orgullosa de lo que he conseguido, de haber sobrevivido. Sin embargo, no niego los altibajos de mi carrera. Últimamente he estado más centrada en mi familia, y ahora estoy contenta de volver a disfrutar de mi lado creativo.
-Se convirtió en una de esas madres que iba a ver los partidos de fútbol de sus hijos, una imagen alejada de la que muchos tienen de usted...
-Sí. He estado en bastantes partidos de fútbol, porque mi hijo jugaba. Creo que es divertido ver a tus hijos jugar al fútbol. Es extraño. No crees hacerlo, pero al final te encuentras gritando y gritando tu apoyo. Es algo que nunca creí que ocurriría.
-¿Qué le atrajo del guion de «Blackwood»?
- Rodrigo es un director que admiro y Ann una gran compañera de viaje, me pareció interesante participar en el proyecto
- Uno tiene que luchar por ser reconocido en cualquier trabajo pero en Hollywood más.
-Es cierto, pero aunque uno trate de conseguir el reconocimiento durante años, es posible que no lo consiga mientras a otros lo sientan en una mesa y al día siguiente ya son admirados por la audiencia. En esta profesión hay que tener suerte. Es una carrera donde la imagen y el ego van de la mano para conseguir el éxito. Lo importante es no detenerse, no frustrarse, apostar por disfrutar y amar el trabajo. Para mí es divertido que, cada vez que hago una película, todo el mundo me pregunte si me sorprende cómo el publico responde a mi trabajo. Supongo que tengo un gusto ecléctico, no suelo hacer películas normales. Me gusta actuar dentro de géneros distintos, en áreas diferentes, ser disidente en el arquetipo que se ha creado de mí y sorprender a todo el mundo. Tal vez algo bueno sale de mi trabajo.
-¿En qué género está más cómoda?
- Lo que más me gusta es la variedad. Cambiar constantemente, no repetirme. No quiero encasillarme en un género o en un estilo de personaje. Me aburre mucho repetirme, eso me limita.
-¿Cree que en la vida con tener amor es suficiente?
-Sí, claro, sin duda lo pienso. Todos consideramos el amor como lo más importante en la vida. Luchamos por tenerlo, poseerlo. Desde el amor de un perro hasta el amor de los hijos, o el de la pareja o tu suegra, todos podemos debatir como expresar el amor, pero es algo que todo el mundo necesita.
-¿Puede el amor ser racional?
- El amor es lo único racional. Nada es más racional que el amor, eso lo tengo claro.
-¿A qué retos enfrenta como mujer en estos momentos?
- Mi preocupación son mis hijos. Ese es el mayor reto que tengo en la vida en estos momentos, sin duda ellos son mi prioridad, pero una madre no puede olvidarse de sí misma. No les ayuda a ellos que estés a su servicio y no pienses en ti. Creo que es muy importante mantener un mundo creativo, un mundo personal, y ser capaz de poder ofrecer algo distinto que sea importante y no que todo radique en ellos.
- ¿Es usted de esas mujeres que piensan que el día debería tener más horas, a las que el tiempo no le llega?
- Sin ninguna duda, necesito más horas para no hacer nada y tumbarme a descansar. Trato de aprovechar el tiempo al máximo. Voy a correr, tengo reuniones, preparo mi trabajo y, cuando ellos llegan, me dedico a ellos, a sus necesidades. En ocasiones dejo incluso de contestar al teléfono porque quiero dedicarles todo mi tiempo.
-¿Cómo consigue mantener el equilibrio en su vida?
-Es prácticamente imposible. Mi exmarido me dijo el otro día que yo era una mujer que quiero ser madre a tiempo completo, pero sin dejar de ser actriz. Insisto en tenerlo todo, pero no es posible. Me doy por completo a mi trabajo y a mis hijos, pero durante años me negué a rodar una película que no se filmara en Nueva York porque necesitaba estar en casa para atender a mi familia. Desde luego, encontrar el equilibrio es muy difícil. Durante un tiempo pensé en dejar de trabajar, abandonar mi carrera de actriz, pero no puedo porque me fascina mi trabajo. Encuentro mi vida muy tumultuosa, difícil, pero voy a seguir luchando por ese equilibrio que mencionas. quiero llegar a ese estado satisfactorio donde pueda seguir mis pies asentados en la industria del cine, quiero volver a estar creativamente estimulada y al mismo tiempo dedicada a mis hijos.
-En una vida tan ajetreada como la suya, ¿qué le da paz a Uma Thurman cuando el estrés hace de las suyas?
- Para relajarme me gusta ir a andar por la montaña. caminar me fascina, me distrae, y también me gusta cocinar, es algo que me calma muchísimo. He aprendido a cocinar gracias a mi madre que es una gran cocinera, aunque tengo una casa con una cocina muy básica. También soy aventurera, me gusta viajar y perderme por el mundo.
-Usted siempre derrocha estilo, es una mujer confortable con su cuerpo y su forma de vestir.
-Soy una mujer que trata de controlarse, pero es difícil explicar lo que significa tener estilo. Yo tengo mi propia forma de vestir, con la que me siento a gusto, a veces tomo un rumbo en mi vestuario que ni yo misma esperaba, pero trato de darle la importancia justa al tema de la ropa, no me tomo tan en serio a mí misma como para pensar constantemente en mi estilo. En cuanto a mi cuerpo debo reconocer que me siento cómoda dentro de mi piel.