«Nadie como nosotras para contar nuestras historias»

TEXTO: ELENA MÉNDEZ

FUGAS

¿Es España un país para negras? La intérprete vasca Silvia Albert responde mañana en el centro cívico de Os Mallos de A Coruña a esta peliaguda pregunta. Para reír y llorar

10 nov 2017 . Actualizado a las 05:25 h.

Actriz, madre, vasca y negra. Silvia Albert presenta mañana en A Coruña su proyecto unipersonal No es país para negras, «una obra que muestra los microrracismos, ese racismo sutil del que, si te quejas, te tachan de paranoica...».

Silvia Albert nació y creció en España, «un país donde no se reconoce mi nacionalidad porque tengo un tono de piel distinto. Crecí con el sentimiento de no pertenecer a parte alguna». Y como para tantas mujeres, el mundo cambió al saber que iba a ser madre: «Al quedarme embarazada de mi hija Alma me asaltaron nuevas dudas: ¿a qué mundo la iba a traer?, ¿qué referentes le podría mostrar?, ¿qué pasaba con la negritud en España?...».

Cuestiones a las que trata de dar respuesta en esta obra autorreferencial escrita en primera persona que mañana se presenta en el centro cívico de Os Mallos a las 19.30. «Reflexioné sobre cómo la sociedad ve (o no), a los afrodescendientes y cómo esta mirada puede afectarnos en nuestro fuero interno y en la construcción de nuestra propia identidad».

Un poema

El 1 de septiembre del 2014 comenzaban los ensayos, justo un par de días antes moría la poetisa afroperuana María Eugenia Santa Cruz. «Debido a su fallecimiento llegó a nosotras su poema Le gritaron Negra, que nos hizo girar 360 grados la dirección de la dramaturgia.»

La obra No es país para negras está llena de ejemplos que nos harán reflexionar, con una sonrisa (a veces helada), sobre los microrracismos («no es porque sea pequeño, sino porque pasa desapercibido») que sufren a diario las personas de otras razas. «Mi pregunta es: ¿quiénes tienen capacidad para detectar que lo sufren y quiénes tienen coraje para afrontar que lo ejercen?».

Durante la función hay momentos en los que se ríe, otros en los que se llora y algunos en los que se ríe y llora a la vez. «Por lo general las personas blancas que vienen a ver la pieza ya tienen un alto nivel de conciencia, y los temas que se tratan les resultan conocidos. Y las personas afrodescendientes (o de otras razas) que vienen a la función se encuentran con una gran parte de su vida llevada por primera vez a la escena, por lo que la conexión es total».

El término afroespañol es todavía muy desconocido. «Afroespañoles son todos aquellos que se sientan identificados con el término. Tú podrías ser afroespañola, teniendo en cuenta que la vida comienza en África. Afroespañoles somos alrededor de dos millones de personas que ejercemos profesiones diferentes, desde políticos hasta manteros».

La obra saca también a la luz un feminismo de color... «hace mucho tiempo que se hizo evidente que el feminismo hegemónico no representaba a todas las mujeres», explica Silvia Albert.

La pieza se va a presentar por escenarios de toda España. «Estamos de gira por toda España, la gente quiere conocer la obra y además estamos probando nuevos espectáculos ya que nadie como nosotras para contar nuestras propias historias».