La población cae en los principales municipios y sube en los pequeños

Ana Gerpe Varela
A. Gerpe RIBEIRA / LA VOZ

FIRMAS

Ribeira pierde 446 vecinos y Boiro, 84, mientras que Lousame y Mazaricos incrementan en más de un centenar la cifra de empadronados

26 dic 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Los últimos datos oficiales sobre número de habitantes, publicados esta semana, constituyen un jarro de agua fría que afecta, por primera vez, a los municipios más poblados y que, hasta la fecha, eran los que iban aumentando su cupo de empadronados y contribuyendo a mitigar la sangría poblacional. El informe del Instituto Nacional de Estadística indica que los principales ayuntamientos pierden vecinos, mientras que algunos de los más pequeños los ganan.

El peor parado es Ribeira, y aunque en términos porcentuales la caída no representa el 1%, lo cierto es que el número de empadronados desciende en 246 personas y aleja al municipio de alcanzar los 30.000 habitantes. Rianxo ocupa el segundo lugar por número de bajas, con 109, al que siguen Noia, con 88 y Boiro, con 84.

Tres datos en positivo

Solo tres municipios registran datos positivos: Lousame, Mazaricos y A Pobra. En el caso de los dos primeros el hecho resulta especialmente llamativo porque se trata de los menos poblados de la comarca.

Así, el territorio lousamiano cuenta ahora con una veintena más de residentes y Mazaricos, con 148. Por lo que respecta al término pobrense, el ascenso de personas dadas de alta en los registros municipales, según los datos del INE, es de 26.

Los indicadores apuntan a que la recesión económica está detrás de este retroceso poblacional. Hace años, la comarca era tierra de llegada de ciudadanos procedentes de otros países. Ribeira, principalmente, y Boiro se convirtieron en los dos puntos de destino. Con el incremento del paro, muchas de estas personas decidieron regresar a su país al ver que los meses pasaban y no podían encontrar trabajo. Además, numerosos jóvenes han decidido probar suerte fuera de las fronteras españolas.

Por el contrario, Mazaricos y Lousame han sido lugares en los que muchos vecinos se vieron obligados a coger las maletas para buscar empleo fuera. No es de extrañar que algunos de ellos, llegada ya la edad de jubilación, hayan decidido regresar.