«Toda mi vida ha sonado a música»

Loreto Silvoso
Loreto Silvoso A CORUÑA

FIRMAS

PACO RODRÍGUEZ

Un problema de salud ha puesto fin a sus once años al frente del organismo

30 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Mercedes Goicoa Fernández (A Coruña, 1928) siempre ha visto la vida a través de las notas musicales. Mientras tararea el «Do do mi sol sol, mi mi do do» del Danubio Azul valora cómo ha sido su etapa como presidenta de la Real Academia Galega de Belas Artes Nuestra Señora del Rosario. Hoy el piano toca retirada, pero por problemas de salud.

-¿Qué dicen las líneas del pentagrama en esta última partitura de su vida?

-Que estoy satisfecha por el trabajo realizado durante estos años al frente de la Academia. No siento pena, sino alegría, porque la he visto mejorar.

-Porque usted consiguió revitalizarla y abrirla a la sociedad.

-Fue lo que traté de hacer con los conciertos benéficos, las conferencias, los ciclos de cine, las exposiciones... Se hicieron muchas cosas. La Academia no era nada y ahora está muy viva y la conoce todo el mundo.

-Su gran logro fue la creación del Archivo Musical de Galicia.

-Sí, pero sobre todo ponerlo a disposición del público junto con el Archivo de Imágenes, con los fondos de Chamoso Lamas.

-En los últimos años fueron muchas las veces que reivindicó más dinero para sostenerla.

-Sí. Hubo un momento en que la Academia se quedó temblando económicamente. Yo no podía consentir eso, así que fui a visitar a todo el que pude para pedir ayuda. Y salimos del bache.

-¿Alguna otra espinita clavada?

-La ilusión de mi vida siempre fue conseguir un gran salón de exposiciones para la Academia, porque es muy rica en arte. Tengo la esperanza de que se acabe consiguiendo, y yo pueda verlo.

-¿Qué le ha dado el piano?

-Todo. Yo nací y me crie oyendo música, desde que me levantaba hasta que me acostaba. Siendo todavía una niña, ya cantaba los temas que oía con las notas musicales. Ya como concertista y como profesora, puedo decir que el piano lo ha sido todo para mí.

-¿Cuántas horas le ha dedicado usted al piano cada día?

-Muchas. Cuando estaba estudiando, unas seis horas al día.

-¿Nunca tuvo un vecino que le protestase? Porque eso pasa.

-Nunca, no. Tuve mucha suerte. Ni en Madrid, ni en París, ni ahora en mi casa de María Pita.

-¿A qué ha sonado su vida?

-A música clásica. Toda mi vida ha sonado a música.

-¿La escucha todos los días?

-Sí, y poseo una buena discoteca. Tengo grabaciones inéditas y otras muy antiguas. Además me gusta escucharla con la partitura.

-¿La sigue solfeando?

-Sí, siempre. La voy leyendo al mismo tiempo que la escucho. Le saco más partido así.

-¿Cuál es su compositor favorito?

-Por supuesto, Bach. Y soy muy devota de Debussy. Es un sonido muy interesante y difícil de hacer.

-¿No le entra un rock?

-Me encanta el jazz, pero es dificilísimo. Yo no sabría hacer jazz. Lo tienes que llevar dentro y sentirlo, pero es muy difícil. Lo que no me gusta es la música electrónica, me parece todo ruido con unos bajos.

-¿Qué vida hace ahora?

-Bueno, soy muy dormilona, así que me estoy levantando a las once de la mañana [Risas]. Luego desayuno, leo, escucho música... Por las tardes, vienen mis amigas a acompañarme. Tomamos café, salimos a pasear... El médico me ha dicho que me viene bien caminar, así que en eso ando.