El alto cargo asegura que se acabó el ladrillo y que el futuro pasa por innovar aprovechando los fondos de la UE
10 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.El Ayuntamiento, a través de Emalcsa, organizó ayer una jornada en el Muncyt, dentro del marco de las Smart City, a la que asistieron importantes especialistas en innovación y nuevas tecnologías, entre ellos Luis Cueto, subdirector general de Fomento de la Innovación.
-¿Está España a la altura en ese campo?
-España sale horriblemente mal en los índices europeos de innovación, al revés que en generación de conocimiento. El 3 % del que se crea en el mundo sale de aquí, pero no somos capaces de convertirlo en negocio.
-¿Qué falla?
-El sector privado es demasiado pequeño para despistar parte de los recursos a riesgo, aunque el reto es la innovación privada. El país no saldrá adelante con más gasto público, sino privado.
-¿Hay solución?
-Deducciones fiscales, compra pública de innovación... También hace falta un cambio de mentalidad, porque para las subvenciones sí estamos preparados, pero seguramente no para esto, para que la gente acepte que pueden hacerse inversiones sin resultado. El problema es que la Administración no contrata conocimiento, es algo nuevo que debe hacer.
-¿Qué hay que cambiar en el sector público?
-España tiene un enorme problema de tramitología, es necesario aligerar los permisos, conseguir que la gente no sienta que la Administración pone trabas, hay que dejar hacer, y España todavía no deja.
-¿Hay fondos para investigar?
-Tendremos una burrada de dinero para inventar cosas. En los próximos años la UE dará a España 22.000 millones, de los que 5.000 serán para I+D+i. Habrá que invertirlos bien en pymes, en nuevas tecnologías, no en más cursos idiotas. Se acabó el ladrillo y ahora es el momento de la innovación. Hay que empezar ya a hacer buenos proyectos para cuando llegue el momento.
-¿Cómo está Galicia en ese campo?
-Con el Sergas firmamos un convenio de 90 millones, de los que 20 son para inventar. Los pliegos de contratación no dicen lo que se quiere, sino lo que se necesita. De esa forma se incentiva la innovación porque se desarrollan productos. Así, las multinacionales que no entren en eso, se quedarán desfasadas porque no podrán ofertar.
-¿Y A Coruña como Smart City?
-Es un concepto que se está empezando a acotar. A Coruña es un ejemplo muy interesante, porque no es un despliegue de cacharrería, sino un emisor de información para hacer negocios con ella.