Ourense se convierte en un restaurante con una variada carta

La Voz

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Las multitudinarias comidas se multiplican durante el verano

20 jul 2014 . Actualizado a las 06:00 h.

En verano cocina el que quiere. Y no solo porque se pueda vivir a base de ensaladas y bocadillos fríos (que también), sino porque el calendario gastronómico, que ya habitualmente está poblado de citas en esta provincia, vive una especie de locura de los fogones durante los dos próximos meses. Nada de las tristes cenas frente al televisor sin más compañía que la serie (por mucho de culto que sea) de turno. Toca salir a la calle. Y nada de planes íntimos. A comer o cenar con decenas de personas. Con cientos. A veces miles. Incluso muchos miles (no se asusten, que hay para todos). Empieza el menú. Y viene cargadito, con productos de la tierra, del mar, con dulce, con salado, con preparados... Imposible que no haya una que le guste. Más difícil se aventura decidir cual es la preferida, pero eso mejor lo hablamos en septiembre. Antes, a probar.

No hay que esperar mucho. El próximo viernes, sin ir más lejos, en Garabás (Maside) toca la Festa do Chuletón. Que de empezar, empezar fuerte. A mediodía, claro, que una cosa es ser de buen estómago y otra tenerlo a prueba de bombas. Pasado el puente del Santiago, el 1 toca acercarse hasta Arnoia. Venimos de la carne, toca verde; así que nada mejor que la Festa do Pemento de Arnoia. Tres días de pimientos fritos que, para el que no haya tenido suficiente, esa última jornada, el 3 de agosto, tiene pimientos también en Oímbra. Pero de pimientos no se vive, así que antes, el 2, Festa do pica no chan y de las sopas de burro cansado en Mugueimes (Muíños). ¿Y qué tal un postre? Pues para un bocado dulce, uno que sirve como postre, pero también como desayuno, como merienda... A saborear la bica de Trives. Cubierto el fin de semana, en Barral (Castrelo de Miño) la Festa da Anguía se antoja en jornada laboral. Entre los días 4 y 6 se podrán comer fritas, así a la caída de la tarde, después de una tarde de verano.

No suena mal, ¿no? Pero ya va apeteciendo beber algo con tanto bocado. Pues no se hable más. Del 8 al 10 hay que ir a Verín, donde se celebra una nueva edición de la Feira do Viño de Monterrei, porque de beber, nada como un vino con denominación de origen.

Ese día 10 habrá mucha gente en Verín, pero el abarrote será en O Carballiño. El producto más ourensano, el pulpo (que sí, que no se da en la huerta, pero en la única provincia sin mar de Galicia es donde mejor lo preparan) reúne a unas 70.000 personas. Que son muchas, pero es que agosto es para socializar. Miles y miles de raciones del cefalópodo más rico, que permite muchas elaboraciones, pero que reina cuando va á feira.

Que después de tanto producto de agua le va apeteciendo carne. Pues va por partida doble y sin muchos kilómetros de distancia. En Castrelo de Miño, sí, donde estuvimos comiendo anguilas no hace muchas líneas, los días 14 y 15 celebran la Festa da Codorniz y la Festa do Xarrete.

Y así llegamos casi al final de agosto y en pleno verano vale que ya ha habido pulpo, pero ¿y la empanada? ¡Que estamos en Galicia! Tranquilos todos, que hay cita. Dos días, el 23 y el 24 se podrá comer empanada de todo lo que a uno se le ocurra solo con pasearse por Allariz. Con rellenos dulces, con amargos, con salados, con sorprendentes, con clásicos... con decenas de rellenos.

Por esas fechas ya van los escaparates anunciando que viene de nuevo la rutina y, a veces, hasta nos apetece un menú otoñal. ¿Seguro? Entonces la cita está en Lobios, donde el 24 será la Festa dos Callos Limiaos. Pero no se harte. Hay que dejar un hueco para el postre. El 7 de septiembre, la Festa do doce melindre e amendoado de Allariz.

Tengan el bicarbonato a mano. Y disfruten la mesa ourensana.

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