Preparados para lo peor

pablo gómez madrid / efefoligno / efe A CORUÑA / LA VOZ

FIRMAS

Participantes en el Ultra Trail Aldeas do Courel del día 24 relatan la dureza de la preparación de una prueba de 81 kilómetros y 5.300 metros de desnivel acumulado

17 may 2014 . Actualizado a las 02:30 h.

«Será como subir el Kilimanjaro, que es el techo de África». Resume uno de los cinco coruñeses que preparan en grupo su participación los días 24 y 25 en el Ultra Trail Aldeas do Courel perteneciente a la I Copa Ibérica de Ultra Trail Running. La prueba cubre un trazado de montaña de 81 kilómetros, con una altitud máxima de 1.570 metros, un ascenso acumulado de 5.300 y un desnivel máximo de 1.175.

Sortea pendientes del 45%, obliga a los participantes a trepar, descender, arrastrarse, mantener el equilibrio sobre resbaladizos suelos de pizarra a orillas del río, cruzar a oscuras y con los pies mojados el túnel romano de Romeor y completar uno de los senderos más duros de Galicia. Para ello, los inscritos disponen de dieciocho horas para llegar a la meta de Folgoso do Courel (donde también está la salida).

Entre el material obligatorio para llevar en la mochila (que puede pesar unos dos kilos) se especifican útiles de supervivencia. Un grupo formado por coruñeses aficionados padres de familia que rondan la cuarentena (Daniel Ledo, Juan Loureiro, David Alcántara, José Antonio Rial, David González, Alfredo Lago) explica a La Voz la dureza de la preparación de una prueba de este calado.

Más andar que correr

Hicieron del Monte Xalo (con una altitud de 514 metros entre los ayuntamientos de Culleredo, Carral, Cerceda y A Laracha) su infierno particular. En el último medio año, han realizado varias sesiones de entrenamiento a la semana, de unas dos horas, más una tirada larga de unas cuatro horas. «Se opta por terrenos muy técnicos que superen los 1.000 metros de desnivel para recrear condiciones similares», explican. «No se trata de hacer series cortas, de velocidad, sino de acostumbrarse a andar mucho. Los ritmos son bajos. A la gente que viene de correr le cuesta cambiar el chip. Por ejemplo, subir cuestas te obliga a caminar. Bien ayudado de los bastones o bien con técnicas especificas como apoyar las manos en los muslos», describen.

Son situaciones que se practican en los entrenamientos. Como comer y beber sobre la marcha. «Hay cosas que no se pueden ensayar, pero repetir situaciones aumenta los reflejos y mejora las reacciones del cuerpo ante los obstáculos del terreno», analizan. Como manejarse con el peso de las mochilas, las posibles rozaduras que provoquen evitando bamboleos, accesibilidad para no tener que quitarlas cada vez que necesitas algo...», abundan.

«La cabeza es uno de los factores decisivos. Contra ella mantienes una lucha constante por no dar vuelta», confiesan. «Ya en los entrenamientos tienes una buena ración de eso, cuando estás contracturado, con ampollas, rozaduras en todas las partes del cuerpo y te levantas dolorido y vuelves a empezar a correr», describen.

Límites, masoquismo y Zen

Alfredo Lago apunta otro tipo de claves: «Estoy deseando llegar arrastrándome al kilómetro 60 y tener que seguir subiendo. Creo que soy un masoca. Corro porque me recuerda a cuando era pequeño y jugaba hasta caer rendido, me transporta a la infancia, a mi esencia. Me atrae esa parte Zen, darme cuenta de repente de que llevo media hora sin saber donde he estado, formando una unidad con lo que me rodea».

Daniel Ledo, en la misma línea: «La paz y buen rollo de la montaña hace que vuelvas vacío cada vez que sales a correr». Juan Loureiro califica el ultra trail de «una prueba de reto personal en la que se mezclan la superación y el amor por la naturaleza, y compartir un día de lucha». José Antonio Rial va más allá: «Rompes los límites físicos y mentales».

David González recuerda que «al principio cuando le metía alguna tirada larga acababa con las piernas destrozadas». Cuádriceps y rodillas son los que más sufren: «Los descensos te queman más las piernas que las subidas». Algunos optan por repeticiones para fortalecer la zona. Daniel Ledo acude al gimnasio. Juan Loureiro practica bádminton.

Alimentación adaptada

«En estos meses me di cuenta de que no era suficiente solo con la alimentación habitual», relata González. «Básicos contra la pérdida de sales serán las pastillas de magnesio, barritas energéticas, fruta y polvos para completar los líquidos y bebidas isotónicas», abunda. Además de evitar excesos, las dos últimas semanas se incrementa el aporte de hidratos de combustión lenta como cereales e integrales. «Se trata de llenar los depósitos», ejemplifican.

Controles de la Guardia Civil

La conciliación entre la responsabilidad parental y el deporte extremo da lugar a situaciones no menos arriesgadas. Los madrugones en invierno para estar en plena acción sobre las siete de la mañana bajo una meteorología infernal están a la orden del día. «Nos han parado en controles de alcoholemia y, al vernos vestidos de corto y con todo el equipamiento, nos han dejado pasar, no sin antes poner caras raras como diciendo ?¿Qué hacen estos tíos de noche con la que cae y con esas pintas??», explica Rial. «Atrás quedan las carreras para dejar al niño en la guardería, poder hacer una escapada al monte y volver a tiempo para hacer la comida, ducharte y recoger al niño antes de ir a trabajar», relata.

«Ahora mismo todo son nervios, respeto y alegría», concluye con satisfacción David Alcántara.

La selección española de voleibol ?con el gallego Jorge Fernández Valcárcel en el equipo inicial? comenzó de forma brillante el torneo de clasificación para el Campeonato de Europa del 2015 con una victoria trabajada ante Ucrania, que perdió por 3-1 en cuatro sets igualados que se decantaron del lado de los hombres de Fernando Muñoz.

El combinado español dio un primer paso muy positivo para acercarse a un Europeo que ganó solo en una ocasión. El camino para repetir el éxito del año 2007 será muy largo y lleno de obstáculos, pero ayer superaron el primero.

El siguiente rival de España, la República Checa, será una prueba de fuego para el equipo de Fernando Muñoz. El rival más potente del grupo calibrará hoy el buen inicio de Preeuropeo del combinado español.

Jorge Fernández sumó 16 puntos en el primer partido.

El francés Nacer Bouhanni (FDJ) se impuso ayer al esprint en la séptima etapa del Giro de Italia, disputada sobre 211 kilómetros entre Frosinone y Foligno, tras la que Michael Matthews mantiene el jersey rosa de líder.

Bouhanni, que ya ganó en la cuarta etapa, se impuso en un cerrado esprint, con un tiempo de 5 horas, 16 minutos y 5 segundos, para culminar una jornada marcada por una escapada que murió a apenas dos kilómetros de la meta.

La etapa comenzó con 190 corredores, tras los numerosos abandonos que se han producido durante las seis primeras jornadas, entre ellos el de uno de las grandes favoritos, el español Joaquim Rodríguez. El líder del Katusha tuvo que retirarse tras la sexta jornada, por una caída que le dejó tres costillas y un dedo fracturados. El Katusha también perdió al italiano Giampaolo Caruso y a Ángel Vicioso