Marta Zapata: «Bailo más que bebo»

FIRMAS

PACO RODRÍGUEZ

02 mar 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Es una mujer en un mundo de hombres. «Cada vez hay más, aunque en puestos directivos en mi sector no somos demasiadas. Llegué a ir a convenciones en las que era la única mujer», comenta Marta Zapata García. Tiene 41 años, «los cuarenta es un buen momento», y dos hijos de 7 y 5, Jorge y Pablo. «Hay muchos Pablos, pero es el nombre que más me gusta», asegura. Dice que con los pequeños ejerce el papel de poli bueno. «Soy muy blanda. Mis hijos hacen de mí un pandero». Es la gerente de Zapata Representantes, una empresa de distribución de alimentación y bebidas (marcas como Coto, Cardenal Mendoza, Gargalo o la ginebra Fifty pounds) que cuenta con 19 empleados y que antes dirigía su padre. «Empecé a trabajar cuando todavía estaba estudiando Empresariales. Debo de llevar unos veinte años cotizados», destaca. Durante una etapa fue concejala del PP en la oposición. No ve demasiados brotes verdes. «Llevamos cinco años notando la bajada y el año comienza como el anterior. En cualquier caso soy realista y optimista. Siempre tienes que pensar en crecer, pero a ver cómo vienen las cosas...», analiza.

La música y el sol

Quedamos en el café Siboney de la calle Ferrol. Pide una manzanilla. Viste una blusa roja. «En concreto rojo coral», precisa. «Es uno de mis colores favoritos junto al negro. Me gusta la ropa de rayas. No creo que la forma de vestir influya a la hora de vender, lo que más cuenta es tu forma de ser. La ropa me gusta, pero no soy una fashion victim», reflexiona. Se considera «buena gente. Pocas personas me caen mal». Sus pasiones son la música y el sol, ese astro tan esquivo desde hace meses. «No me deprimo cuando llueve porque sino estaríamos todos deprimidos, pero cuando una mañana sale el sol estoy más optimista. Vivo en Bastiagueiro y me encanta ir a la playa a dar un paseo con mis casquitos», comenta. Es una forofa de la música en general. Escucha de todo, en especial pop. «Cocino con música y es que me vuelve loca bailar. De hecho es lo que más me gusta cuando salgo por ahí con las amigas. Bailo más que bebo», asegura.

Es virgo, pero no sigue lo que dice el zodíaco. Creo que su principal defecto es «la impuntualidad». A nuestra cita llegó sin retraso. Tuve suerte. De vez en cuando se toma un gin tonic. Es muy activa, pero apenas practica deporte. Intenta cuidarse. Ve poco la tele y casi nunca come en casa. Confiesa que está «un poco enganchada al WhatsApp», y que el Ipad lo deja en casa. «Voy a ver a los clientes con mi libreta, como tú», destaca mientras tomo noto en mi Tauro extra espiral. Le gusta disfrazarse, pero pocas amigas le siguen el ritmo. Es una apasionada de los deportes, del fútbol, del tenis y hasta de las modalidades de motor. «Llegué a ir a una carrera de motos». Cocina bastante y presume de que le salen fenomenal la empanada y los arroces. Siente debilidad por lo tomates. «Y por la tortilla, las croquetas y los bocadillos de lomo», confiesa.

No se le pasa por la cabeza regresar a la vida política. «Estuve en el Ayuntamiento de mi ciudad y es un orgullo, pero no lo echo de menos. Prefiero mi trabajo, me gusta más. Estuve, no sé, cuatro u ocho años (duda) y me marché, pero no me cambié de partido. Puedes estar o no estar, pero no en un partido y mañana en otro», recuerda. «Hay políticos serios, pero en general todos me defraudan».

En el Fórum

El stand de su empresa fue uno de los que ocupo más espacio en el Fórum Gastronómico. «Hemos hecho clientes y contactos, pero el retorno no es inmediato. Hubo mucha gente y quizá, por ponerle un pero, demasiada no profesional», comenta.