Una caída de la ocupación de un 2 % en el 2013 en Pontevedra abre una esperanza para el sector tras dos años encadenando un descenso del 10 %
22 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.El sector hotelero se toma con contención los datos de ocupación del 2013. Es malo, pero es mejor que en campañas anteriores. Los hoteles de la ciudad registraron un 2 % menos de ocupación que en 2011 y 2012, cuando la caída fue de un 10 %, respectivamente. Así que, ante una ocupación del 39,6 %, el presidente de la Asociación de Hoteles de Pontevedra, José de Cabo, espera que se mantenga la tendencia del 2013. «Es un consuelo de tontos, porque si sigue cayendo llegará un momento en el que haya que cerrar, pero a ver si el 2014 se traduce en una recuperación aunque sea mínima», explica De Cabo, para evitar el naufragio del sector.
Los hoteleros se agarran a la tabla de salvación que son los eventos deportivos. «Es fácil valorar cómo repercute en la ciudad la organización de competiciones. Imagínate que vienen 600 deportistas y la habitación cuesta 35 euros, es fácil de cuantificar», indica De Cabo, que espera que ese año con los campeonatos de taekuondo, en febrero; piragüismo, en marzo; el duatlón, en mayo, y la Vuelta a España, en septiembre, les permita mantener esa tímida recuperación de la que hablan los hoteleros. La prueba ciclista fue el mayor apogeo de año, al elevar la ocupación un 30 %. Turismo Rías Baixas calculó que cada una de las 1.500 personas que forman la comitiva se dejan entre 120 y 220 euros diarios, además de ser un escaparate mundial a través de las imágenes televisivas. José de Cabo cree que todo suma. Por ello es importante también acudir a la Feria Internacional de Turismo, que se celebra desde hoy en Madrid. «España es un destino internacional y ahí están todos los países, no es una feria de contratación, pero podemos vender imagen», señala el presidente de los hoteleros, quien destaca que pese al exceso de oferta hotelera, el Camino de Santiago portugués ha frenado una caída más acusada de la ocupación. Los cálculos estiman que las estancias de este colectivo crecieron un 20 %, de los que el 80 % son peregrinos extranjeros, lo que convierte la proyección internacional de ferias, como Fitur, en una fuerte arma.