Reinterpretación terapéutica de las obras del Museo

maría conde PONTEVEDRA / LA VOZ

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CAPOTILLO

Han sido nueve jornadas de delicado trabajo con el pincel y, a la vez, de diversión para los usuarios de la Asociación Juan XXIII que asisten a un taller de pintura

11 dic 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Hoy es su última sesión frente al caballete. Para esta jornada, los usuarios de la Asociación Juan XXIII que asisten a un taller de pintura en el Museo tienen que tener terminada su versión del paisaje de Benjamín Palencia que comenzaron a trazar en noviembre. Han sido nueve jornadas de delicado trabajo con el pincel y, a la vez, de diversión. Porque como dice Susana, la monitora que les acompaña, «esta actividad les ayuda a concentrarse para mantener limpios los trazos y salen muy relajados».

El Museo abrió el pasado año sus talleres a personas con discapacidad. Los primeros en probar fueron los usuarios de la Asociación Alba y el éxito animó a repetir experiencia. «Se trata de que conozcan a un artista y a su obra, y también de que conozcan una técnica, en este caso la pintura al óleo», explica la profesora Liliana Rey. «Nos sorprende -añade Paula Tilve, del gabinete didáctico- su capacidad para interpretar. A partir de una obra ellos tienen su propia creatividad».

«Me encanta pintar, porque despejas del todo la mente, y desconectas», dice Vanessa. Fran, por su parte, destaca que hay que estar muy concentrado «pero estar aquí para mí es como estar en otro sitio». Ahora, las obras de todos pueden formar su propia exposición en el centro de Juan XXIII.