La deriva de Lage Tuñas

Alicia Fernández LA SEMANA DE...

FIRMAS

29 sep 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

La noticia de la contratación directa realizada por el presidente de la Diputación de Ourense, José Manuel Baltar Blanco, del exdiputado del PSdeG José Manuel Lage Tuñas, para mejorar la transparencia de esa institución, ha causado conmoción y malestar a partes iguales en el seno de la familia socialista gallega. Casi nadie oculta en público su sorpresa e indignación ante lo que consideran una falta de respeto al partido. El exparlamentario se defiende aduciendo su libertad para contratar con quien estime oportuno, pues no incumple norma alguna. El PP por su parte aprovecha para meter más cizaña entre los socialistas. Y hasta aquí el resumen político.

Pero en mi opinión Lage Tuñas obvia que no todo lo lícito es ético o moralmente aceptable, sobre todo para personas que han ocupado cargos públicos; y con mucha más razón si desde ellos se ha sido azote de comportamientos como en los que ahora participa él. Pero es que además pasa de puntillas sobre un matiz tan importante con toda la intención del mundo, escudándose en la demagogia para esconder un proceder que sabe es reprochable. Esta actitud no constituye sorpresa alguna para una servidora y, supongo, tampoco para los seguidores de esta columna. Hace años, cuando ejercía como parlamentario, ya expresé que pertenecía a ese grupo de políticos que en cuanto abren la boca rezuman demagogia y se mueven en el perfil más bajo de la política. De esos que deambulan entre el paripé y las mil y una enmiendas, con reconocida cintura para ajustarse a la foto que más convenga. Una versión moderada de Bieito Lobeira. Una copia calcada de una diputada socialista del sur o de un exdiputado popular de la Costa da Morte. Profesionales de la política que solo aspiran a seguir siéndolo.

¿Cuál era la opinión de Lage Tuñas sobre el clan Baltar cuando era diputado? Pues, según las hemerotecas, la de muchos gallegos y bastantes ourensanos. O la expresada por el fiscal del caso contra el patriarca por las contrataciones a dedo para asegurar la sucesión del hijo. La misma que tendrán en la UE tras el informe de la Oficina Europea de Lucha contra el Fraude que detecta «graves irregularidades» en el caso de las depuradoras de la Diputación de Ourense, que puede suponer la devolución de más de diez millones de euros y la solicitud a la Justicia española para que abra diligencias ante los «evidentes indicios de delito». A pesar de todo esto y de la clara intencionalidad política de su contratación, no consideró obstáculo alguno para su aceptación. Y si sonó alguna alarma en su moralidad quedó atenuada por la expectativa económica de la operación. Con el agravante de ser una contratación a dedo, de esas que tanto criticaba en su faceta anterior.

Sus compañeros a buen seguro no le perdonarán que pase a ser un currito de la bicha, contra la que llevan peleando en inferioridad de condiciones muchos años. Del mismo modo entiendo que ha puesto una lápida encima de su carrera política, al menos en la franquicia socialista. Pero ojo, porque extrañar, lo que se dice extrañar, a una servidora en política hace tiempo que no le extraña nada.