Salvar la vida por 2.000 euros

José Francisco Alonso Quelle
JOSÉ ALONSO RIBADEO / LA VOZ

FIRMAS

PEPA LOSADA

El paracaídas balístico, un extra del ultraligero, fue determinante para que los dos pilotos accidentados en Foz no sufriesen heridas graves

28 jul 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Un paracaídas balístico, un extra que se instala en los ultraligeros cuyo precio oscila entre los 2.000 y 3.000 euros, dependiendo el peso para el que están concebidos para soportar, fue el que salvó la vida a los dos aviadores de Valladolid que hace una semana tuvieron un accidente en Nois (Foz), en el que el aparato en el que volaban resultó destrozado. Ellos, en cambio, apenas sufrieron daños.

Cada vez es más habitual instalar este tipo de paracaídas en los ultraligeros. Es un seguro de vida relativamente económico. El pero es que una vez se despliega, la aeronave cae por gravedad y no se puede controlar. «Tiveron moita sorte, puideron caer enriba dun colexio ou dun tendido eléctrico, pero foron parar a un prado, sen casas nin nada. Mellor non lles puido ir», comenta Miguel Díaz, ribadense que vuela desde hace más de treinta años. Su anterior ultraligero contaba con paracaídas balístico y ahora está pendiente de instalar uno en el nuevo avión que ha adquirido: «Por suposto que o vou poñer, porque é un accesorio que che pode salvar a vida», dice.

En el accidente ocurrido hace una semana fue determinante la niebla. El ultraligero despegó del aeródromo de Ribadeo con destino a Valladolid aprovechando un claro que se veía hacia Foz, pero cuando volaba a la altura de Nois la niebla lo envolvió. Al perder el piloto el control de la nave podría haber superado la velocidad para la que está limitada, de modo que la estructura falló y las alas se desguazaron. Esa es una de las hipótesis.

Son seguros

«Los ultraligeros, como cualquier avión, son seguros. Son como un coche, que si te mantienes en los límites no tienen ningún problema. Lo que ocurre es que a veces las cosas se complican con otras causas», señaló Jose Luis Miró, presidente del club aéreo de Ribadeo. Y en ello, la niebla es uno de los grandes problemas con el que se puede encontrar un piloto: «Ante la mínima duda, cuando aparece algo de niebla, lo mejor es no despegar. Si entras en un banco de niebla pierdes el control, te desorientas totalmente y das órdenes contradictorias al avión, la estructura gira y puede fallar», dijo Miró, quien añadió: «En este caso tiraron del paracaídas y se dejaron caer. Al perder las alas el impacto fue mayor, pero tuvieron suerte de parar en un prado». De hecho, el último accidente con fallecidos en avioneta en Ribadeo se atribuye a la niebla. Fue hace diez años.

claves del accidente del ultraligero en nois