El vicio de rehabilitar

FIRMAS

01 jun 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

Qué vicio han cogido los políticos con las rehabilitaciones! Primero dejan que los edificios en buen estado se caigan a pedazos y después, cuando han pasado unos añitos y la cosa ya no tiene vuelta atrás, destinan una fortuna a rehabilitar. Sin ir más lejos, ayer el gobierno local declaró la urgencia de la rehabilitación del chalé de Mirambell. Para qué tanta prisa ahora, cuando el edificio ha estado durante años sumido en el abandono. Puede ser que las paredes se hayan venido abajo y ya se encuentra en su punto. Porque no sirve un año de abandono. Lo adecuado son nueve o diez. Y si no, que se lo digan a los vecinos de Teis, que llevan bien la cuenta del inmueble de la ETEA. Transcurrida más de una década desde que lo dejó la Armada, es como si no existiera. Dentro de unos años lo rescatarán del olvido y lo rehabilitarán para el museo del mar bis. A esas alturas el Campus do Mar habrá pasado a mejor vida y se las habrá arreglado para subsistir sin sus paredes.

Otro caso que lleva camino de batir récords es el de la Panificadora. Ahí está cayéndose día a día, aunque no lo suficiente para sacarla de sus cenizas. Unos incendios más y la rehabilitación estará a punto de caramelo. Es lo que sucedió con el edificio Cambón, que requirió de una inversión millonaria para reconvertirlo en Centro de Interpretación del Parque Nacional Illas Atlánticas.

Es incomprensible que, por un lado se haga la vista gorda con inmuebles a los que se les va a dar uso y, por otro, se gasten cantidades ingentes en derribar otros que están a punto de caerse solos. Por ejemplo, una pequeña patadita a lo que queda del antiguo restaurante El Castillo, en el monte de O Castro, le ahorraría al Concello 240.000 euros. Otro caso muy a mano es el del antiguo asilo de Pi y Margall. Cuatro días más y Karpin ya se puede ahorrar los cuartos destinados al derribo.

mariajesus.fuente@lavoz.es