La globalización nutritiva

nacho mirás SANTIAGO / LA VOZ

FIRMAS

XOAN A. SOLER

Emoción «pura y dura» en la reapertura de un clásico

06 abr 2013 . Actualizado a las 07:00 h.

«Estamos todos sorprendidos por lo que hemos sido capaces de hacer en tan poco tiempo». Marcelo Tejedor era ayer «emoción pura y dura» antes de inaugurar la nueva etapa del restaurante que lleva su nombre en el número 1 de la rúa das Hortas.

Tanto él como las otras dos patas de esta aventura gastronómica de calado mundial -porque la cocina del mundo es su razón de ser-, Iván Domínguez y Carlos Pérez, confían en que la propuesta guste, «y que podamos transmitir lo mismo que nosotros sentimos».

Tejedor explicaba que tan poco tiempo han tenido a la hora de replantear el restaurante que ni siquiera han buscado conejillos de indias que puedan dar su opinión sobre las tentaciones de la carta. «De verdad, hoy [por ayer] será la primera vez que saquemos las cosas y veremos qué cara pone la gente. Eso sí, lo hemos probado todo a nivel interno y estamos encantados».

Casa Marcelo resurge con una cocina más informal, pensada para el tapeo, pero en la que sigue muy presente la creatividad que ha caracterizado a uno de los referentes de la cocina compostelana. Pero ahora, además, prestando una atención especial a la fusión de culturas. Aquella idea original de crear una taberna galaico-japonesa creció hasta transformarse en una variada carta en la que conviven, como vecinos de toda la vida, la merluza de Celeiro, la patata y el puerro con los bollitos chinos de guiso de lengua y morro, el di sum -reinventado con ingredientes como el chorizo criollo y el chimichurri- o el tiradito peruano. «Ya dije en el Fórum de Girona -señala Marcelo- que creía que de esta aventura de mezclar cocina gallega y japonesa saldrían más cosas; navegando por el mundo hemos llegado a un montón de lugares». El precio medio, 25 euros.

gastronomía casa marcelo se abre al mundo