El artista y 45 voluntarios harán volar hoy birlochas en la playa de O Rostro para recordar el accidente del «Prestige»
05 ene 2013 . Actualizado a las 07:00 h.El artista mallorquín Martí Monjo Ballester (1972), doctorado en Bellas Artes en Pontevedra, asegura que todavía hoy le emociona ver las imágenes de hace diez años en las que voluntarios de todo el mundo se esforzaban por limpiar el chapapote del Prestige llegado a las playas de la Costa da Morte. Él, cuenta, no pudo participar en las labores de limpieza, y desde entonces ha tenido «una espinita clavada». Ha decidido resarcirse poniendo en marcha un proyecto reivindicativo y artístico, Papaventos13N, que se materializará hoy, a las doce del mediodía, en la playa de O Rostro, en Fisterra. Cuarenta y cinco voluntarios de toda Galicia, vestidos de blanco, harán volar otras tantas cometas negras diseñadas por Monjo. El objetivo: una obra de arte efímera que recuerde la impresionante cadena humana que hace diez años se hizo a lo largo de la Costa da Morte.
-¿Cómo surgió la idea de Papaventos13N?
-La idea surgió este verano durante un viaje que hice con una amiga gallega. Comenzamos a hablar sobre lo que estaba previsto que se hiciese para conmemorar este décimo aniversario de la catástrofe del Prestige y vimos que no había nada demasiado trascendente. Además, como yo no pude venir a Galicia como voluntario y siempre he tenido esa espinita clavada y la sensación de no haber podido hacer nada, decidí poner en marcha este proyecto. Las cometas, realizadas con poliéster negro, simbolizan el chapapote que hace diez años llegó a las costas gallegas.
-¿Por qué «papaventos»?
-Mi objetivo es hacer una especie de escultura efímera con las cometas, porque cuando vi lo de la cadena humana que se formó hace diez años ya me pareció algo escultórico. Me pareció una idea perfecta el hecho de marcar la costa. Era una forma simbólica de ocupación, igual que antes había hecho el chapapote. Me encantó la idea y yo quería hacer algo parecido con los papaventos, porque quería marcar la línea de la costa y que las cometas se viesen desde lejos.
-¿Qué le llevó a elegir la playa fisterrana do Rostro?
-La elección fue un poco casual, porque mi idea inicial era hacerlo en toda la Costa da Morte. Mi objetivo es que hubiese menos cometas en cada playa, pero que las hubiese en toda la costa. Sin embargo, era un proyecto demasiado grande para hacerlo yo solo y necesitaba mucha ayuda, incluso económica, para poder elaborar las cometas. Pedí ayuda a los concellos y en todos obtuve la misma respuesta, que corrían malos tiempos y que no podían hacer nada, así que el proyecto fue reduciéndose a menos playas y al final quedó solo la de Fisterra. Decidimos hacerlo allí porque ha sido donde más voluntarios se han apuntado.
-¿Le costó encontrar voluntarios para volar las cometas?
-Sí, ha sido complicado por varias razones. Una de ellas es que como yo vivo fuera no podía hacerlo cualquier día, así que pensé que en Navidades sería más fácil para que la gente se acercase, aunque hacerlo en plena cabalgata de Reyes quizás no sea tan sencillo. Todos los voluntarios son gallegos, viene gente de Vigo, de Pontevedra, de Santiago, de Ourense, y también de la Costa da Morte.
-¿Cómo ha llevado a cabo la elaboración de las cometas?
-Las telas, de poliéster negro, las encontré en Barcelona, hice los patrones en Mallorca y me cosieron algunas allí, pero era un gasto excesivo, por eso busqué voluntarios y encontré mucha ayuda en Santiago y en Muxía. Gracias a la colaboración de voluntarios todo este proyecto podrá salir adelante.
-¿Cómo vivió hace diez años lo ocurrido en la costa gallega?
-Lo he vivido mucho ahora, viendo fotografías y documentales, y me han impresionado muchísimo. Todavía hoy hay mucha gente de la Costa da Morte que no quiere hablar del tema, y eso también me impresionó. Me llegó muy hondo la cantidad de voluntarios que vinieron de forma desinteresada. Fue un acto solidario sin precedentes.
-¿Cree que hemos aprendido algo en todo este tiempo?
-Yo quiero pensar que sí. Quiero pensar que siempre se aprenden cosas, pero no soy tan optimista con los políticos. Creo que si volviese a pasar algo parecido podría volver a pasar lo mismo, porque los políticos no han tomado las medidas necesarias para evitarlo. Soy más optimista con la gente de la calle que con los políticos.
martí monjo ballester promotor del proyecto papaventos13n