El Supremo ratifica la legalidad del paseo de Mera

Eduardo Eiroa Millares
E. Eiroa OLEIROS / LA VOZ

FIRMAS

El Alto Tribunal desestima el recurso interpuesto por los propietarios de una finca contra el deslinde de Costas

06 dic 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

El deslinde de Costas en el municipio de Oleiros en el tramo que afecta al paseo marítimo y la senda que une Mera con Espiñeiro es legal, según una sentencia del Tribunal Supremo fallada el pasado mes de noviembre.

Los recursos presentados contra fallos previos de otros tribunales por los propietarios de una finca catalogada en la zona no han prosperado porque según el Alto Tribunal la tramitación del deslinde en ese espacio se hizo correctamente.

El último recurso, en casación, se presentó por los dueños de la finca, que vieron como la senda invadía el perímetro de su propiedad en Penatouro, en el 2010. Alegaban que, en base a la ley de costas, el límite del dominio público se fijaría en la coronación de acantilados esencialmente verticales, y aportan un informe pericial según el cual en unos puntos concretos las paredes superan los 60 grados de inclinación. Tampoco por ahí tuvieron escapatoria, ya que los jueces consideran que ha de aplicarse la media de inclinación, no de un punto concreto, por lo que no cabe apelar a ese resquicio de la ley.

No consideran los magistrados que el hecho de que la finca en cuestión esté catalogada influya en el deslinde. Por ese y otros motivos el Supremo desestima la demanda y además condena al pago de las costas judiciales a los recurrentes.

El Supremo da así carpetazo a un largo proceso que se empezó a gestar en Mera hace una década, cuando la asociación de vecinos de la localidad remitió al Valedor do Pobo una queja por la afectación de la primera fase de construcción del paseo marítimo. Con la senda hasta Espiñeiro, en el 2008, resucitaron los problemas porque entonces varios propietarios no estaban de acuerdo con perder la privacidad de la que disfrutaban en un entorno idílico. El espacio más afectado fue la finca de Penatouro. La senda atraviesa una terraza en el perímetro de esa propiedad que, según argumentaban desde el Concello, se había construido en un dominio público a cuyo disfrute tienen derecho todos los vecinos.