Su primera hija, Éire, cumplió 8 meses el 25 de octubre, el mismo día que su madre alcanzaba la crítica cifra de los 40. «¿Crisis? Qué va, no tengo tiempo. La edad está en la cabeza», asegura. Mientras tanto, el segundo disco en solitario de su carrera todavía es un embrión. Rosa Cedrón llega puntual a nuestra cita, aunque sofocada. Siempre está liada, que si la niña, el disco, los quehaceres diarios... No para de mover las manos mientras se expresa, es como si le faltase el violonchelo.
Mujer afortunada
La vida le sonríe y ella le devuelve la sonrisa. Intentamos hablar del próximo disco pero su hija aparece de forma transversal en toda la entrevista, como suele suceder cuando se encuentran dos personas que son padres. «Estoy encantada. Come, duerme como un tronco, y cuando no está comiendo ni durmiendo es muy divertida. Tuve mucha suerte, y también con mi marido, que es muy completo, sabe hacer de todo. Se implica al cien por cien y, por ejemplo, el momento del baño es conjunto», destaca la madre-cantante, que en casa no actúa de solista. Dice que le canta a la niña y que ella la sigue atenta. «Se relaja», asegura, aunque no tiene claro si le gustaría que siguiese su carrera artística. «Solo quiero que sea feliz», afirma rotunda.
Segundo disco en solitario
¿Y para cuando la parejita? «¡Bufff!, de momento voy a tener un disco», apunta sonriente. A pesar de que lleva muchos años en el mundo de la música el disco que ahora mismo está en fase de preproducción tan solo será el segundo, aunque a estos hay que sumar los cinco de la etapa en la que fue solista de Luar na Lubre y el más reciente con Cristina Pato. «Son temas propios, en esta ocasión no va a haber ninguna versión. Mi voz tendrá mayor presencia. Más clara. Más desnuda, pero ayudada de las nuevas tecnologías. Tenía ganas de este disco desde hace tiempo pero no se habían dado las circunstancias», destaca. Le intento tirar de la lengua pero no se muestra tan locuaz como cuando habla de su experiencia como madre. «Mi esencia se mantiene, pero va a haber cambios grandes, pero no puedo contar más. Cuando los tiempos vienen del revés es el momento de arriesgar. El público espera cosas diferentes», reflexiona.
Ya que no hay forma de conocer más detalles, el protagonista de la charla vuelve a ser el bebé con nombre de país.
En «Luar» con ocho meses
«La niña es mi tiempo libre», afirma Rosa Cedrón. Lo cierto es que desde que nació la pequeña va con ella a todas partes. Incluso fue al programa Luar, un caso de precocidad solo comparable con el de la hija del propio Gayoso, que desde muy niña acompañó a su padre a la tele. «No extraña nada y se porta bien». Tras ocho meses sin despegarse de la niña me ofrezco para hacer de canguro durante un día. «Aprovecharía para grabar en casa sin distracciones porque con ella es muy difícil. Y dar un paseo por Bastiagueiro, Santa Cristina...».
Dedicado a ella
Su próximo disco será el primero como madre y dice que eso conlleva otra sensibilidad. «Tienes más ganas y más responsabilidad. Antes era distinto, pero ahora ves que dependen de ti», comenta. «Tal y como están las cosas los meses que se tarda en hacer un disco son los mismos que un embarazo. Parir un cedé agota, pero no duele, y ser madre es infinitamente más satisfactorio. Digamos que con tu música produces satisfacción, pero en los demás», argumenta. Tras casi una hora de charla con esta espigada artista que acaba de cumplir 40 años tengo claro, clarísimo, que en su próximo trabajo discográfico habrá una canción dedicada a Éire. «Le voy a dedicar el disco entero», asegura. Estaba claro.