El supermercado de las armas

Paula M. Gestoso PONTEVEDRA / LA VOZ

FIRMAS

RAMON LEIRO

La Guardia Civil subasta 377 pistolas, escopetas y rifles el lunes día 1

26 sep 2012 . Actualizado a las 07:00 h.

La Comandancia de la Guardia Civil de Pontevedra se convierte esta semana en una especie de supermercado de armas. Cerca de cuatrocientas armas de fuego serán subastadas el próximo lunes 1 de octubre en la sede del instituto armado en la avenida de Domingo Fontán de Poio. El lote lo forman 288 escopetas, un rifle, 22 carabinas, 46 pistolas y 20 revólveres, y cualquiera con una licencia administrativa de armas puede optar a ellas.

Más de 200 personas -entre ellas principalmente cazadores, profesionales de los cuerpos de seguridad del Estado o tirador olímpico- se acercaron ayer para comprobar personalmente el estado de conservación de las armas a subastar y su utilidad antes de realizar la puja. Y 70 ya han sido los decididos que han dejado el sobre con su apuesta. Sin embargo, en las inmediaciones todavía se espera el paso de mucha más gente a lo largo de esta semana en horario de 9 a 13 horas. «Muchos de los que hoy han venido a echar un ojo volverán con las ideas claras del arma que quieren y entonces apostarán por una o más de una de estas», comenta José Luis Villamil, responsable de Intervención de Armas.

El origen del armamento será desconocido para sus nuevos dueños, quienes solo tendrán los datos objetivos del arma. Tanto podría haber sido intervenida como consecuencia «de infracciones administrativas, bien porque no pueden renovar la licencia o porque están pendientes de transferencia; o porque están a disposición judicial, tras haber sido armas utilizadas en algún tipo de delito o forman parte de algún embargo», comenta Villamil.

Los requisitos para participar en esta puesta en venta de armas son básicos: estar en posesión de una licencia de armas y depositar, a través de numerosos trámites burocráticos el 25 % del precio de salida de la unidad.

Precios para todos los gustos

En general, los precios iniciales oscilan entre 40 y 600 euros. También hay las míticas gangas de mercadillo, pero lo que este año resalta es, sin duda, una de las piezas con un elevado coste, 3.000 euros. Este es marcado por los propietarios cuando depositan su arma en las dependencias de la Guardia Civil, y cada uno puede darle el valor que considere oportuno. «Lo curioso de este caso es que esa arma no vale ni la mitad, por lo que por algún motivo personal el anterior usuario le ha puesto un valor tan elevado y como nadie va a pagar eso por ella ahora esta se desechará», afirma Villamil.

Y es que las normas han cambiado y las armas ya no sobreviven a una segunda subasta como anteriormente. Las que no encuentren un dueño que pague por ellas se enviarán a una fundición y acabarán con ellas. En el caso de las vendidas, el dinero va íntegramente a los propietarios de las armas, aunque si no se recogen en su momento van al Tesoro Público.

Dado que las pujas se realizan a sobre cerrado, debe haber alternativa para aquellas armas que tengan un empate de ofertas. Los interesados en este caso, siempre que estén en la sala, podrán protagonizar una subasta por el método tradicional. Y para evitar que las subidas sean de céntimo en céntimo, se ha establecido que el incremento mínimo de la puja sea en franjas de un euro.