El centro supera los seis mil alumnos y cumplirá 40 años en el 2013
22 abr 2012 . Actualizado a las 07:00 h.De enviar las unidades didácticas a los domicilios de los alumnos por correo postal a disponer de las más modernas tecnologías (videoconferencias, webconferencias, pizarras interactivas, prácticas en laboratorios remotos, cursos virtualizados y accesibles desde cualquier dispositivo...). Así se resume, en una frase, la evolución experimentada por la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) en sus cuarenta años de historia.
La que es la mayor universidad de España oferta 52 titulaciones y cuenta con 260.000 estudiantes, de los que 6.145 corresponden al centro de Pontevedra, ubicado en Monte Porreiro desde octubre de 1987. Sus primeros pasos los dio, tras su creación en 1973, en la Residencia de Estudiantes de la antigua Caja de Ahorros Provincial. La sede actual tiene 143 profesores-tutores.
¿Y cómo ven sus alumnos esta universidad no presencial? La Voz reunió a tres de ellos para conocer sus impresiones. Uno de los aspectos en los que coinciden es que en los últimos años ha cambiado el perfil del estudiante de la UNED. «Antes la media era de unos 40 años, gente que estudiaba una segunda carrera o que venía por el gusto de aprender. Ahora, no sé si por la crisis, es la primera opción para muchos y viene gente desde el bachillerato».
La reflexión es de Beatriz Arjona, delegada de alumnos del centro de Pontevedra. Esta mujer de 41 años cursa Psicopedagogía para ampliar su formación como diplomada en Educación Infantil. Destaca que la UNED es «puntera» en el uso de las nuevas tecnologías y hace hincapié en que esta universidad debería tener un mayor reconocimiento social. «Soy una gran defensora de su calidad de enseñanza y me gustaría que la UNED cumpliera muchos más años y fuera más conocida. Creo que nació como una universidad de segunda y, pese a lo que pudiera pensarse, hay mucha cercanía y contamos con todos los recursos didácticos». Para Beatriz, el único pero sería el nivel de implicación de un «pequeño porcentaje» de los tutores y la necesidad de un aula más grande para hacer los exámenes.
Jacobo Villar, caldense de 23 años, cursa segundo del grado en Administración y Dirección de Empresas. Está en el paro y optó por la UNED por las facilidades que ofrece para conciliar vida y estudios: «Me sorprendió gratamente el nivel de exigencia y el uso de las nuevas tecnologías. Sí es verdad que requiere un mayor sacrificio al alumno, que es responsable del tiempo que le dedica». Este joven puede comparar las dos metodologías porque es diplomado en Relaciones Laborales por la USC.
Al igual que Maite García, que a sus 37 años estudia Filología Hispánica, Jacobo destaca las instalaciones del centro de Pontevedra: «Hay una biblioteca amplia y con un buen horario y ordenadores a disposición de los alumnos». Maite había empezado su carrera en la USC, pero un accidente en el último curso la obligó a dejar la universidad presencial. «Empecé a trabajar, me casé, tuve un hijo y decidí retomar las asignaturas que me quedaban», explica. «Al principio notas la falta de compañeros y el ir a clase todos los días, pero desde que se crearon los cursos virtuales y todo el mundo tiene Internet en casa sí hay ese contacto».
«Estoy muy a favor de la educación a distancia, que ganó mucho con las nuevas tecnologías»
Maite García Telmo
«El centro de Pontevedra está muy bien en medios e instalaciones»
Jacobo Villar Pombo
«En el tema de becas la UNED está discriminada con respecto a otras universidades»
Beatriz Arjona Otero