En materia sanitaria, es mucho más fácil criticar que aplaudir. Lógico. La salud es el gran tesoro que uno tiene o no tiene. Por ello, es perfectamente entendible que a veces se escuchen críticas implacables por las listas de espera de la sanidad pública. Pero no vendría mal , de cuando en vez, reflexionar también sobre las cosas buenas que nos ofrecen los servicios más próximos, como puede ser los del hospital de Barbanza. Se me ocurre un ejemplo rápido: las colas para ser atendido en urgencias, ni de lejos, se parecen a las de otros centros mucho más grandes, como el Clínico. Y ni siquiera son tan evidentes como las de otros complejos comarcales, como el vecino de O Salnés. Pero hay mucho más. Resulta que acaba de ser reconocida la labor de los profesionales del servicio de diálisis. El hospital es, nada menos, que el primero de España en obtener una norma que avala la calidad de esta área. Bien, positivo. Y que la Xunta tenga clara una cosa: que apostar por ampliar este servicio, tal y como hizo recientemente, es lo que debía hacer. A ver si toma nota y pone celadores o amplía las urgencias. Por citar solo dos cositas pendientes.