Un amplio dispositivo evalúa los daños del Blue Star en el puerto exterior de Ferrol

Chema Corral / J.M. Pan / B. Couce ARES

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Los remolcadores Union Princess y Boka Pegasus desencallan el buque en la ría de Ares

10 dic 2019 . Actualizado a las 21:03 h.

El Blue Star, tras 18 días encallado en la costa de Ares, ha llegado a media tarde al puerto exterior de Ferrol. Los remolcadores Union Princess y Boka Pegasus han logrado este mediodía mover el buque quimiquero. En la rada de Caneliñas un amplio dispositivo formado por cincuenta personas (de los que 14 están a bordo y seis son buzos) están sometiendo el buque a un control de casco, con el fin de determinar el alcance de los daños producidos a consecuencia de su embarrancamiento en la zona de las islas Mirandas la noche del 22 de noviembre. Cuando se tengan esos datos, tal y como indica la Delegación del Gobierno, la naviera valorará cuál será el astillero en el que se afrontará la reparación del gigante quimiquero.  Las labores de evaluación de los años previsiblemente se prolongarán hasta mañana.

El Blue Star llegó a Caneliñas acompañado de tres remolcadores, dos buques de amarradores, la embarcación del práctico y la Guardia Civil del Mar.  

La salida del quimiquero pilló por sorpresa a la Delegación de Gobierno que, durante la mañana, comunicaba que las previsiones de Smit Salvage era retomar las operaciones de rescate en los próximos días, jornadas en las que se esperaban unas condiciones más propicias: mar de fondo y buenas olas. 

El primer intento de reflotamiento, liderado por Smit Salvage, empresa contratada por el armador para rescatar el buque, acabó ayer al mediodía en fracaso y, de madrugada, «no se dieron las circunstancias para tirar». La compañía holandesa decidió mantener el barco tensado para ir moviéndolo poco a poco.

En el plan de rescate anunciado la pasada semana se fijaba que el operativo para remolcar el Blue Star podría activarse desde la jornada de hoy- se adelantó un día, debido a las óptimas condiciones del mar- y que se intentaría remolcar el quimiquero entre el 10 y el 15 de diciembre. 

Finalmente, no fue preciso que se repitieran las condiciones de la noche de la encalladura -olas de cinco a siete metros- para desencajar el buque del lecho rocoso en el que estaba encajado. Gracias a la acción combinada de los dos remolcadores, con una fuerza de tiro de 200 toneladas cada uno, el barco se había abierto ayer de popa unos metros, un movimiento que esta mañana se observaba con claridad, lo que habría facilitado su remolque después de 18 días atrapado en las rocas de Ares. «Finalmente, la tensión del tiro, combinada con la pleamar y las olas concluyó con éxito», explican desde la Delegación del Gobierno.