Dos pueblos primo-hermanos. Sus municipios están unidos por tierra, mar y por el aire. Mugardos y Ares, aquí tanto monta. En la etapa política anterior ambas poblaciones sufrieron muy duramente viendo como muchos vecinos causaron baja durante el camino y permanecen en el recuerdo. Con la llegada de la democracia su gente supo salir de aquellos dolorosos episodios y optaron por compartir y repetir etapas entre gobiernos socialistas y comunistas. Fue una especie de arrebato a la naturalidad. En este sentido tanto el alcalde de Ares, Julio Iglesias, como la alcaldesa de Mugardos, Pilar Díaz, son una referencia clara y no están en tiempo de descuento, si no gobernando en la mentalidad política en la que vivimos, mejorando los pueblos y su gente, dejando a un lado la ingeniería de despacho y sin dar pasos en falso en zonas de riesgo. Por ello ambos municipios son referencia en la comarca y por estas fechas están abarrotados de forasteros -dicen que el dinero huye de los problemas- deseosos de vivir en estos remansos de tranquilidad el sueño eterno al lado del mar.
En gastronomía están al día, braseando alimentos que provienen del mar. Ares aporta el exquisito guiso de choupas, un regalo de los dioses del mar en cena temprana, en algunos casos creando magia en la noche a la luz de las velas. En la Real y Real Villa está el templo del pulpo, con el punto deseado, a la mugardesa servido en vajilla de barro o madera de pino, con vino tinto en tazas pintadas para guardar como recuerdo. Luego, variedad de tapas de pescado, que llega con su frescura y la exquisita textura de su piel, son únicos y servidos en ambas orillas de las rías, donde nunca se sabe qué sorpresa pueden deparar una croqueta o una Estrella de Galicia.
Estamos pues en dos pueblos que poseen mucho encanto, que conforman una estaca de tierra clavada en el Atlántico y, callejeando, el visitante se encuentra fácilmente en Ares como el recuerdo imperdurable al ferrolano general Gabeiras, la máxima autoridad militar en el fallido golpe de Estado y al que honran con la mejor calle de la villa. Y en Mugardos está presente Esteban García Vilasánchez, expresidente de Navantia que ha obtenido unos brillantes resultados para el futuro industrial de la zona, pero fue relevado sorprendentemente. Le deseo mucha energía. En suma, una visita a estos pueblos es para decir: me gusta lo que estoy viendo, su gente, que ha sabido anclarse en el futuro sin perder la alegría de vivir.