Yolanda replicó a Tamames

José Picado ESCRIBANÍA DE MAR

FERROL

26 mar 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue una semana de vacaciones en el Congreso de los Diputados. Aprovecharon sus señorías ultraderechistas para montar un circo, una sesión delirante, un esperpento. Podemos llamarle de muchas maneras pero no moción de censura. Ni se trataba de censurar al Gobierno, ni de proponer un candidato a presidente ni mucho menos de presentar un programa político alternativo. Lo que pasó allí fue una vergüenza que quedará anotada en el diario de sesiones, en las partidas de gastos y en las retinas de miles de españoles que tuvieron (tuvimos) la paciencia de asomarnos a las pantallas de televisión para seguir los discursos. Bueno, discursos de algunos portavoces, que otros fueron mítines o lecturas de tochos, según Ramón Tamames. Lo suyo fue la expresión de unas meditaciones parlamentarias, según nos dijo. Y menos mal. Porque hemos de reconocer que eso lo hizo bien, lo de meditar digo, aunque no fue su único mérito. Tamames se vistió con corbata. Midió los tiempos empleados por sus replicantes. Incluso midió el timbre y la intensidad de voz con que se emplearon algunos diputados. Y aguantó el tipo sin dormirse, algo que ya hizo en el pasado. Y citó a Machado. Y agradeció a sus señorías la amistad y el trato recibido en la casa de la soberanía nacional. Y gritó el ¡Viva España! en la foto con Abascal y sus compañeros. Qué, ¿les parece poco bagaje para ser presidente del imperio español, esa unidad de destino en lo universal, una, grande y libre?

A Yolanda Díaz (Fene, 1971, que todo hay que decirlo) las meditaciones de Tamames no le parecieron nada bien y le contestó no con uno, sino con cuatro discursos en la misma intervención de una hora y cinco minutos, según el cronómetro de don Ramón. Como ministra de Trabajo le dio un repaso de datos sobre empleo, ERTEs, subida salario mínimo, protección de autónomos, diálogo social y temas de este cariz, en los que la señora Díaz se desenvuelve bien. En el segundo Yolanda se posicionó como defensora de la Constitución, el Estado Social y Democrático de Derecho y el respeto institucional. Aquí su frase gloriosa fue: «Señor Tamames, se ha colocado usted extramuros de la Constitución». En el tercero Yolanda Díaz jugó como vicepresidenta del Gobierno: gracias al ministro tal, gracias a la ministra cual, gracias a todo el Consejo de Ministros, etc… Y ya, para terminar, se puso la chaqueta de líder, candidata, oidora y aspirante de Sumar, que no era cosa de desaprovechar el turno de palabra en la tribuna de oradores. Esto último fue lo que impactó en el cerebro de Tamames, que seguía despierto, meditando y consultando su reloj a ver cuando terminaba la perversa moción y le ponían la medalla, más que merecida, de salvador de la patria.