Denuncian el vertido de basura junto al cementerio de Narón

L. A. Núñez / M. Arroyo NARÓN / LA VOZ

FERROL

Cajas fúnebres, flores y lápidas se acumulan en un monte cercano

08 feb 2011 . Actualizado a las 12:29 h.

«Macabro». Era el adjetivo con el que un lector de Lavoz.es denunciaba ayer la acumulación de desechos procedentes del cementerio municipal de Narón, en Castro. Acompañaba su denuncia de una fotografía en la que se podían ver varios restos de una caja fúnebre tiradas en un monte cercano al camposanto y argumentaba que el depósito se compone de «cajas mortuorias, ropa, zapatos y otros enseres de los difuntos, e incluso lápidas enteras en las que figuran todos los datos de los mismos».

La Voz comprobó ayer, in situ, que la situación denunciada era verídica, detectando al menos dos puntos de vertido incontrolado distintos, en los que se acumulan los restos de las coronas de las ceremonias fúnebres, trozos de mármol y hasta vestigios de lo que fueron algunas cajas. Y, acto seguido, se puso en conocimiento del Ayuntamiento, propietario del cementerio, cuya gestión está externalizada mediante una cesión a una compañía de ámbito nacional.

«Non sabíamos nada», declaraba, en primera instancia, el alcalde de Narón, José Manuel Blanco. No obstante, el vecino, que se dirigió a la sección Cuéntalo tú de la edición digital de La Voz de Galicia para denunciar el caso públicamente, afirma que «estos hechos se repiten desde que se inauguró el cementerio, constituyendo un punto negro de contaminación para el medio ambiente».

En la mañana de ayer, el regidor ordenó que una patrulla de la Policía Local se acercase hasta el lugar para verificar el caso. Y constataron que, en efecto, se estaban produciendo vertidos irregulares en una parcela que, según Blanco, «pertence ao Concello», al igual que el cementerio ubicado a escasos metros. Indicó que los operarios de la funeraria que gestiona el recinto declararon a los agentes que los restos «se depositaban aí ata que secasen». No obstante, no todo son desechos orgánicos, como podrían ser la madera de los ataúdes o las flores, sino que también se encuentran materiales sintéticos como plásticos, esponjas de las jardineras o trozos de mármol y metal de cruces y lápidas.

En cualquier caso, añadió el alcalde, «ordenóuselles que o sacasen todo» para darles el tratamiento adecuado como residuos que son.

Al parecer, cuando se limpian los nichos antiguos para acoger nuevos enterramientos, los restos humanos se trasladan a los llamados ceniceros. El resto de los materiales, entre los que se incluyen las cajas, se desechan de la manera apropiada. Y lo mismo sucede las flores secas y demás elementos fúnebres.

El cementerio municipal se inauguró en mayo de 1999, con más de 1.700 nichos sobre una superficie municipal de 33.000 metros cuadrados ubicados en la parroquia de Castro.

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