Un sermón por la integración en púlpitos de Lugo y A Coruña

Xosé María Palacios Muruais
Xosé María Palacios VILALBA/LA VOZ.

FERROL

El sacerdote Rodríguez Patiño leerá mañana un texto en el que pide comprensión a la Iglesia con los homosexuales

12 jun 2010 . Actualizado a las 02:00 h.

No apartar a nadie de Jesús puede ser un tema «muy delicado». El sacerdote Luis Rodríguez Patiño está acostumbrado a que algunos de sus puntos de vista no sean necesariamente los mismos que los de la jerarquía, pero no por eso parece rehuir la conveniencia o la necesidad de ocuparse de algunas cuestiones.

Lo que él mismo consideraba el jueves como delicado es un asunto del que se ocupará en las misas que oficiará mañana en sus parroquias, repartidas entre la parte noroccidental de la Terra Chá -Labrada (Guitiriz) y Momán (Xermade)- y los municipios de Monfero y de Aranga, ya en la provincia de A Coruña.

Aprovechando la lectura del evangelio dominical -capítulo 7 del Evangelio de San Lucas, según detalló ayer-, pedirá que se revisen los comportamientos de la Iglesia ante ciertos colectivos. La necesidad de que se dé otro comportamiento con mujeres que viven de la prostitución o con hombres y mujeres homosexuales es lo que planteará Rodríguez Patiño. La necesidad de ofrecer «comprensión» y de «saber escuchar» adquiere mayor importancia porque no es una reflexión puramente teórica sino que nace también de casos concretos.

El sacerdote afirmaba que algunas personas habían contactado con él para exponerle la sensación de malestar que percibían por verse en cierto modo discriminados o señalados dentro de la Iglesia por su situación.

Si la pregunta es si una persona puede compaginar catolicismo y homosexualidad, la repuesta de Rodríguez Patiño es afirmativa, aunque introduce un matiz: resulta posible «siempre que no sea una perversión».

Tomando como referencia el mencionado pasaje evangélico, en el que una mujer marginada socialmente se acerca a Jesucristo sin que este la rechace, el párroco sostiene que la Iglesia debe tomar una postura más tolerante y comprensiva, que además, dice, le serviría para acomodar su paso al de la sociedad: «La jerarquía va en expreso y la sociedad va en AVE», dijo ayer, sin que eso implique, agregó, que la Iglesia renuncie a «sus cimientos».

Acogida

Ante la demanda de quienes piden, según él, «ayuda sincera y respeto», la postura eclesial no debe ser la de «demonizar automáticamente» sino la de «acoger».