Análisis | La política de reindustrialización de los 80 Sucesivos planes de diversificación de la comarca de Ferrol, a pesar de los marcos legales muy favorables, no lograron acabar con el monocultivo del sector naval
13 may 2004 . Actualizado a las 07:00 h.?Por qué han fracasado los sucesivos planes de reindustrialización de la comarca de Ferrol a pesar de que tenían éxito en Sagunto o en País Vasco? Esta pregunta que nos hacíamos a finales de los 80 tiene hoy plena vigencia. El ministro Carlos Solchaga, tras la reducción de la plantilla de Astano, dijo que el Estado haría de «cebo de bomba» para conseguir acabar con el gran mal económico de Ferrol, su monocultivo industrial. Su departamento promulgó primero la Zona de Urgente Industrialización (Zur) para Ferrol, con una batería de medidas, principalmente de incentivos económicos y subvenciones para aquellas empresas que se instalasen en la comarca. A la Zur le siguió la Zona Industrial en Declive, y nueva sigla, Zid. Se creó una oficina especial en la ciudad con un gerente dotado de importantes competencias. Pero transcurrido el plazo, el balance fue pobre. Hoy, con un 16,7% de desempleo entre los ferrolanos, atraer nuevas industrias continúa siendo el objetivo principal de todas las autoridades. Entre los sucesivos técnicos que envió el Ministerio de Economía a Ferrol para estudiar la situación hubo alguno tan pintoresco como aquel que proponía promover una especie de kibutzs o granjas colectivas, para devolver al campo a aquellos trabajadores excedentes del naval que procediesen del sector agrario. No obstante, hubo quienes acertaron: un economista especializado en urbanismo fue el primero que dijo que mientras Ferrol no rompiese su aislamiento por carretera y llevase cerca de dos horas llegar desde el aeropuerto de Lavacolla, no había nada que hacer. Otro handicap, que se puso de manifesto cuando fracasó la fábrica de vidrio, era la falta de gas a pie de fábrica. Zur y Zid sirvieron para conocer a muchos personajes singulares que pretendían coger la subvención y huir o aquel griego que quería comprar Astano, o un supuesto recién llegado de Silicon Valley para montar en Ferrol una planta de fabricación de chips. Luego se supo que escapaba de Extremadura donde había dejado un cañonazo. La primera empresa que entró en funcionamiento del ciclo Zur fue El Cisne, en San Sadurniño, hoy un montón de chatarra, puso en alerta también sobre el peligro de instalar las industrias en cualquier parte: la conservera contaminó el Xuvia y llevó al cierre a la piscifactoría situada aguas abajo. Igualmente se crearon Quegalsa (también cerrada), Tile Stone... Ahora se mantienen incentivos en la comarca pero para el área de As Pontes, dentro del plan Miner de la minería.