?n poco más de media hora se solventó la última sesión plenaria del 2002 en Ferrol. Ni un solo edil se quiso perder la cita. Pleno en el pleno. Todas las miradas, desde el principio, se clavaron en las quebradas filas socialistas. El silencio fue la respuesta.? Después del revuelo, de las declaraciones cruzadas, de la tensión, de las expulsiones... Después de tantas cosas, la calma chicha que casi siempre precede a una salvaje tempestad.?Parecía haber mucha prisa por entrar en el nuevo año. Salvo un pequeño encontronazo dialéctico entre Juan Fernández y Juan Blanco, casi todo lo demás fue pasto del consenso.?Vamos, que por momentos uno creía estar dentro de una postal navideña.?Pero lo cierto es que todo sigue en el aire, hasta los presupuestos. La verdad es que el trasfondo del gobierno local sigue roto por obra y gracia de un grupo municipal socialista conformado por un portavoz ahora depuesto por su compañeros y cuatro concejales suspendidos de militancia y expedientados.?A aquello de que en el amor y en la guerra todo vale, habrá que añadirle también lo de la política.?Pero, ¿acabará así el año? Muchos apuestan a que no. Que ni de broma...?