El gran reto virtual de Sony

Brais Capelán

EXTRAVOZ RED

Lois Balado / Álex López-Benito

Probamos PlayStation VR, las gafas de realidad virtual con las que Sony se ha adelantado a sus competidores en la carrera por dominar este emergente mercado en consolas. Pese al escueto catálogo inicial de este nuevo periférico, ya hay distintos títulos que se han abierto paso con fuerza en estos primeros meses.

23 abr 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

El mundo de los videojuegos evoluciona continuamente. Las grandes empresas del sector buscan constantemente sorprender a los usuarios con nuevas propuestas y periféricos. En el siglo pasado, fue Nintendo la primera en adentrarse en el mundo de la realidad virtual con su consola Virtual Boy. No tuvo el éxito esperado y se tuvo que conformar con el calificativo de máquina de culto. Sin embargo, los avances tecnológicos de estos últimos años han hecho posible que todas las empresas del sector busquen ya sus propios sistemas de VR. Para ordenadores de sobremesa ya hay varias opciones que compiten por el liderazgo. En videoconsolas, Sony ha sido la compañía más rápida con su PlayStation VR. En RED hemos probado la experiencia de estas gafas de realidad virtual, que son calificadas como las mejores en cuanto a relación calidad-precio.

La empresa japonesa está manteniendo una intensa actividad a lo largo de la presente generación de consolas, con el lanzamiento de PlayStation 4 Slim y Pro. Esta última añade potencia al sistema original. Uno de los objetivos principales de esta actualización es disfrutar de todo el potencial de la realidad virtual. Pese a ello, las gafas de Sony son compatibles con los tres equipos disponibles, sin apenas tener incidencia en la jugabilidad el hecho de usarlas en una u otra consola.

Esta primera generación de gafas de realidad virtual destaca por el gran entramado de cables y periféricos que son requeridos, y las de Sony no son una excepción. Para utilizarlas es necesario conectar la cámara oficial de PlayStation a la consola. Además, las gafas incluyen una segunda máquina que les da soporte y energía. El usuario deberá colocarse las gafas -que cuentan con un excelente sistema de sujeción a la cabeza y, pasados los primeros usos, resultan bastante cómodas- a una distancia de dos o tres metros de la cámara, que será la que nos centrará en la imagen.

Una vez completado el montaje de todos los elementos, es hora de comprobar el rendimiento final de este periférico. Una vez superadas las primeras sesiones, en las que uno puede llegar a marearse o desorientarse, se puede comprobar que todos los movimientos que realizamos con la cabeza son reconocidos a la perfección, lo que pasa por ser el logro principal de cualquiera de estos aparatos. Pese a la satisfactoria experiencia, la calidad de imagen no llega a los estándares de otras máquinas, algo que notaremos durante las sesiones, siendo menor la resolución a la que podríamos disfrutar en la pantalla. Quizá se trate del mayor hándicap de Sony, pero es un hecho que no entorpece la jugabilidad y que en ningún momento afecta a la experiencia de inmersión.

Los juegos

Como sucede en cualquier lanzamiento de consola, la primera gran remesa de juegos suele estar liderada por la propia firma creadora del periférico. PlayStation VR no es una excepción y Sony ha tirado del carro durante estos primeros meses, con alguna agradable -y terrorífica- sorpresa. La mayoría de lanzamientos hasta la fecha cumplirían con el calificativo de experiencias, pues sirven para descubrir el potencial de estas gafas e introducir a los jugadores en el mundo de la realidad virtual.

El terror está siendo uno de los grandes protagonistas hasta el momento. Nadie dudaba que la sensación de inmersión que proporciona la realidad virtual iba a ir de la mano de experiencias de juego terroríficas. Sony presentó Until Dawn: Rush of Blood como una expansión exclusiva de PlayStation VR de la aclamada aventura gráfica. Se trata de un particular tren de la bruja en el que deberemos, provistos de dos armas, acabar con fantasmas y asesinos a través de distintos y elaborados niveles sobre raíles. Al comienzo de la aventura, nos suministrarán un gas que cambiará nuestra percepción de la realidad, lo que nos sumergirá en un mundo de fantasía, lleno de misteriosos fantasmas y terroríficas salas que tendremos que atravesar, no sin sobresaltos. Otro tipo de terror es el que plantea Here They Lie. Se trata de una aventura más psicológica, en la que deberemos descubrir quién es la mujer de amarillo mientras luchamos contra fuerzas fantasmagóricas.

Pero, sin duda, la gran sorpresa y el videojuego más destacable para PlayStation VR hasta el momento es Resident Evil 7: Biohazard. Todo un clásico del género desde hace veinte años, la franquicia de Capcom ha sabido evolucionar y regresar de forma magistral al survivor horror. El cambio de perspectiva, de tercera a primera persona, hacía soñar a los fans con la aparición de este título entre los que estarían disponibles para las gafas de Sony. Y así fue. La experiencia, que se puede disfrutar al completo con PlayStation VR, proporciona al jugador grandes dosis de terror y, salvo pequeñas imprecisiones y momentos de confusión propios de la acción del juego, la experiencia es positiva.

Los juegos de conducción también parecían destinados a llegar a este género, y Sony rediseñó Driveclub VR para vivir desde dentro una experiencia de conducción total. La compañía completa así un amplio abanico de posibilidades para sus gafas de realidad virtual.

TÍTULOS COMO «RESIDENT EVIL 7» LLEVAN LA REALIDAD VIRTUAL DE LA MANO DE EXPERIENCIAS TERRORÍFICAS