¿Nos quedaremos sin coches?

MOTOR ON

14 ago 2022 . Actualizado a las 05:00 h.

En las últimas décadas se evaluaba la marcha de la economía mundial según las ventas de automóviles. Economías emergentes como China tiraron del coche en la última década, pero tras la pandemia parece que la tónica ha cambiado. Los datos así lo avalan y en el 2021 se vendieron en el mundo 82,7 millones de turismos, pero esa cifra supone un 9 % menos que en el 2019, (cifras pre-covid), como lo que se vendió en el 2012.

Si los datos no son halagüeños a nivel mundial, Europa, más cercana y significativa para nosotros, tampoco ha lucido mucho, con una caída de enero a junio de este año de un 14 % respecto al año pasado. Si lo vemos país a país, entre los más significativos Italia cae un 22,7 %, Francia un 16,3 %, Alemania un 11 % y España un 10,7 %. Algo está pasando, pero la rueda de la industria mundial del automóvil se está parando.

Se puede pensar que la crisis del automóvil, que parece mundial, como decimos, puede deberse a causas evidentes, como fue la pandemia de covid, que repercutió en todos los mercados; pero también con la crisis, todavía no resuelta del todo, de los microchips, esos elementos que son imprescindibles para que funcionen los coches modernos y que ahora se han convertido en un bien escaso, precisamente por la parálisis de las fábricas durante la época de pandemia. Poco a poco se recupera el ritmo de los suministros, veremos si las listas de espera se acaban, porque hay quien lleva nueve meses esperando por su coche.

De todas formas, pueden aparecer otros nubarrones en las ventas mundiales de automóviles, como es el encarecimiento de los combustibles, ya sean los fósiles o la energía eléctrica, al que se une el alza de precios de los propios automóviles, que se han encarecido mucho en los últimos meses.

Con esta situación, parece que muchos se cuestionan ya si el automóvil se adapta a sus necesidades o a sus posibilidades. Especialmente los jóvenes, que antes eran el granero de las ventas de automóviles, se muestran cada vez más apáticos a convertirse en conductores, obligados también en muchos casos por sueldos mileuristas que les condenan al coche de segunda mano con quince años de antigüedad. Para ellos, muchos al menos en las ciudades, resultan más interesantes otros medios de transporte alternativos como la bicicleta o el patinete.

Lo que se puede ver en el horizonte es un cambio en la industria mundial del automóvil. Muchas fábricas cerrarán sus puertas, la industria se deslocalizará hacia países con mano de obra más barata y los grupos (quedarán cada vez menos y más fuertes) adecuarán sus producciones compensando la menor cantidad por una mayor rentabilidad. De hecho, ya se está produciendo un nuevo orden mundial entre los fabricantes, con el gigante japonés Toyota-Lexus destacándose como número uno al vender en el primer semestre de este año 5,14 millones de automóviles, perdiendo solo un 6 % respecto al pasado año. Le sigue, ya más lejos, el grupo Volkswagen, que ha matriculado en ese mismo plazo 3,9 millones de coches (un 22 % menos), y en tercera posición se coloca el grupo Renault (junto a Nissan y Mitsubishi), con 3,13 millones de ventas (-11,9 %).

¿Se estará apagando la industria del automóvil definitivamente o será solo de forma coyuntural?