Su nombre significa «la bella ha llegado». En 1912 los arqueólogos vieron por primera vez su rostro en una pequeña estatua. Ahora el mundo aguarda con impaciencia: su tumba podría estar detrás de la de Tutankamón
07 dic 2015 . Actualizado a las 17:07 h.El descubrimiento de la tumba de Tutankamón, en 1922, fue una noticia de impacto mundial que, pese a los más de tres mil objetos que allí fueron hallados por Howard Carter y su equipo, incluida la momia, podría quedarse en una anécdota al lado de lo que supondría el hallazgo de los restos de Nefertiti. Al fin y al cabo, en la historia del Antiguo Egipto Tutankamón no deja de ser un faraón-niño, que murió a los 19 años, mientras que Nefertiti es la auténtica it-girl de la época. Como asegura el escritor británico Michell Moran, autor del famoso libro en el que ficciona su vida, «era tan guapa, tan influyente y tan poderosa, si no más, que Cleopatra». Por eso, Moran cree que en su tumba podrían encontrarse grandes riquezas. En las próximas semanas podría haber noticias: el ministro responsable de Antigüedades egipcio, Mamduch Damati ha anunciado que en base a las imágenes tomadas con radares y otros dispositivos existe una certeza del «90 por ciento» de que detrás de la tumba del joven faraón Tutankamón haya más cámaras, hasta ahora secretas. Según Jordi Clos, uno de los egiptólogos más reconocidos en España y propietario de la cadena de hoteles Derby, en la que exhibe antigüedades egipcias, así como presidente del Museo Egipcio de Barcelona, cuando hablan de ese 90 por ciento «se refieren a la posibilidad de que en esa cámara esté Nefertiti o su familia: lo que parece claro, a estas alturas, es que la cámara existe».
La búsqueda de la que fue esposa de Akenatón, comenzó en agosto. Reeves, que es profesor en la Universidad de Arizona, generó un gran revuelo con un ensayo sobre las estructuras lineales en dos paredes de la cámara de Tutankamón. Reeves reconoció en estas estructuras pasadizos ocultos, y su teoría de que allí podría hallarse Nefertiti se basa en la relación de esta con Tutankamón, pues fue su madrastra. Jordi Clos se encuentra fascinado ante esta investigación, que califica de «muy seria» dado el prestigio de Reeves y le parece «increíble» que ahora pueda hallarse esta cámara casi cien años después de que fuera descubierta la de Tutankamon. «La de expertos que pasaron por allí antes sin sospecharlo», recuerda.
«El mundo se paralizará»
En septiembre, una expedición internacional de expertos se puso a buscar en el Valle de los Reyes de Luxor para ver si la teoría tenía sustento. Comenzaron a hacer mediciones y análisis sin dañar los famosos restos arqueológicos. A finales de ese mes, Reeves declaró al diario egipcio Al Ahram que estaba seguro de su hipótesis «en un 60 por ciento», pero que había que esperar a los resultados del radar, entre otros. «El mundo se paralizará», profetizó, aunque a la vez subrayó, seguramente para curarse en salud, que «incluso las mejores teorías a veces no se ven contrastadas».
En las próximas semanas, las imágenes de radar serán analizadas por expertos japoneses y solo entonces se decidirá cuál debe ser el siguiente paso en la búsqueda. El ministro Damati adelantó, sin embargo, que las imágenes de una zona hueca detrás del muro norte apuntan a que allí podría haber otra cámara mortuoria. Aunque de momento no se ha encontrado nada, ya se ha generado cierto debate sobre como se exhibiría la nueva cámara mortuoria en el caso de que existiese: mientras Reeves cree que las pinturas del muro podrían cortarse y exhibirse en algún museo, como se hizo en Pompeya, otros egiptólogos han puesto el grito en el cielo ante semejante posibilidad y abogan por que se hiciera algún rodeo lateral para llegar a la cámara. Jordi Clos apunta una posibilidad: «¿Y si lo que aparece es mucho más lujoso e importante que la cámara de Tutankamón? A lo mejor lo realmente importante y que merece la pena mostrar y conservar es lo que hay ahora oculto».
La moderna tecnología que ahora sustituye a los sencillos medios con los que contaban los antiguos arqueólogos ha permitido dar grandes pasos en el conocimiento del Antiguo Egipto. Así, en 2009, el famoso busto de Nefertiti que está depositado en el Museo de Berlín fue sometido a un escaneado de última generación que reveló que el auténtico rostro de la reina -o al menos del modelo que se había tomado para hacerlo- no era tan perfecto como el que se mostraba exteriormente: en una segunda capa se encontraba la máscara sobre la que se había hecho el molde y este revelaba que aquella mujer tenía la mujer más chata, la cara más envejecida y profundas arrugas de expresión: el escultor había idealizado la imagen de Nefertiti. ¿Quién era esta mujer que había sido sometida a aquel primitivo Photoshop? Nefertiti fue la esposa de Akenatón, que gobernó del 1351 al 1334 a. de C. Este faraón fue quien introdujo por primera vez una especie de monoteísmo, en torno al dios Atón.
Eliminando dudas
Nefertiti, cuyo origen exacto es un misterio, le dio seis hijas y luego desapareció, tras haber tenido un raro protagonismo durante el reinado de su marido. Existen diversas teorías de por qué ocurrió esto. Durante muchos años se creyó que Akenatón la había rechazado, aunque más adelante los expertos llegaron a la conclusión de que ambos fallecieron de muerte natural. Pero Nefertiti no fue encontrada en la tumba que se adjudica a Akenatón. Las incógnitas podrían estar a punto de despejarse.