Ángel Cruz, padre de Gabriel: «El perdón de Patricia me permite levantar la cabeza y convencerme a mí mismo de que yo no era culpable»

La Voz REDACCIÓN

ESPAÑA

Ángel Cruz, en una entrevista en exclusiva con el programa «El tiempo justo»
Ángel Cruz, en una entrevista en exclusiva con el programa «El tiempo justo» Telecinco

En una entrevista en exclusiva en «El tiempo justo», ha explicado cómo fue asumir la muerte de su hijo a manos de su pareja, Ana Julia Quezada: «Tendría que haberla conocido mejor»

09 sep 2025 . Actualizado a las 08:25 h.

«Di vueltas a mi cabeza para ver cómo podía haber evitado eso». Ese pensamiento acompañó durante mucho tiempo a Ángel Cruz, padre del niño Gabriel, asesinado en el 2018 por Ana Julia Quezada. Este lunes se ha convertido en uno de los protagonistas del estreno de El tiempo justo, el nuevo programa de las tardes de Telecinco presentado por Joaquín Prat. En una entrevista en exclusiva, el padre Gabriel ha roto su silencio para contar en primera persona cómo han transcurrido estos años sin el pequeño, que apareció muerto en el coche de la asesina después de doce días de búsqueda desesperada.

Sumido en un terrible sentimiento de culpa, del que pudo salir gracias a terapia, Ángel ha explicado cómo fue el proceso de asumir la muerte de su hijo a manos de la que era su pareja. «Si yo podía haber visto algo en la conducta de la asesina de Gabriel que me hubiese dado un indicio de que ella podía ser mala persona, que podía no querer a Gabriel, o que podía hacer algo así, pero no: por más vueltas que le das a la cabeza no encuentras nada. Y sigues buscando para encontrar algo a lo que agarrarte para culparte tú más aún todavía. Porque ella era mi pareja, porque yo tendría que haberla conocido mejor», ha relatado Cruz. 

Aunque siempre había sido creyente —«pero no mucho»—, el asesinato de Gabriel le acercó a Dios, porque «no podía aceptar que todo había terminado para mi hijo con ocho años». Asegura que ahora está convencido de que no todo ha terminado para el niño. «Nos volveremos a encontrar, y eso te va dando fuerzas para poder continuar cada día. Porque si tú te hundes en pensar que todo ha terminado para tu hijo de ocho años y que ya no hay nada más y que todo se ha terminado aquí, realmente no ves ninguna salida», ha confesado. 

«Yo entiendo que para todos los padres nuestros hijos son maravillosos, pero es que Gabriel es maravilloso de verdad», ha recordado sobre su hijo. «Cualquier rato con él ha sido el mejor momento de mi vida», ha explicado Ángel, para quien «no hay otro amor como el de un hijo, ni el de una pareja, ni siquiera el de tus padres, no hay nada igual, es el amor más grande, el amor más puro».

Saber que Ana Julia Quezada era una de las principales sospechosas para la Guardia Civil fue «un alivio». «Yo estaba convencido de que si ella tenía algo que ver, Gabriel iba a estar bien. Que ella le tendría que estar diciendo a la persona que lo tenía en algún sitio que a Gabriel no le podía ocurrir nada». Se montó una película en su cabeza. «Pienso que alguien la tiene que estar extorsionando a ella y le está pidiendo dinero, y que está haciendo esto para conseguir dinero». Pasó de la angustia y el miedo por no saber dónde estaba el niño y qué le podía estar pasando, a «una sensación de tranquilidad por saber que alguien en quien yo confiaba era quien estaba relacionada con su desaparición». 

La desaparición de Gabriel Cruz dio lugar a una intensa búsqueda que se prolongó durante doce días. Terminó trágicamente con el hallazgo del cuerpo del niño en el coche de Ana Julia Quezada, quien dos días después acabaría confensando la autoría del crimen. «Yo a parte de la pérdida, que es el sentimiento más fuerte que tienes, también tengo el sentimiento de la traición. El sentimiento de la pérdida de Gabriel es de tristeza, pero no de veneno, no te envenenas por dentro. Pero el de la traición y ver que había sido ella, sí. Ese sí que me daba ganas de matarla, de hacer daño. De hecho, cuando me entero, yo le digo a la Guardia Civil que quiero verla». 

Se muestra «muy orgulloso» de Patricia, de cómo está defendiendo a Gabriel en todas las instituciones con las fuerzas que él muchas veces no encuentra, «a pesar de tener un dolor muy grande también.  Porque como explica, «el desgaste al que te somete esa exposición pública es difícil de llevar, porque no somos personajes públicos, somos personas normales y corrientes a las que nos ocurrió algo muy fuerte y que eso nos puso en los medios de comunicación». Pero sobre todo agradece su perdón. «El perdón de Patricia me permite levantar la cabeza y convencerme a mi mismo de que yo no era culpable y de que no pude hacer nada para evitarlo, Sin el perdón de ella todo hubiese sido muy difícil para mi, muy complicado».