Feijoo ve a Puigdemont de director de la investidura y a Sánchez como su actor secundario

Xosé Vázquez Gago
Xosé Gago SANTIAGO

ESPAÑA

Fernando Alvarado | EFE

Dice que prefiere elecciones a un «Gobierno de la mentira» ya encarrilado

04 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Teatrillo, mentiras y oscuras negociaciones no es el título de la nueva película de Steven Soderbergh, sino lo que a decir de Alberto Núñez Feijoo contemplarán los españoles en el camino a la investidura de Pedro Sánchez. Tras reunirse con el rey en las consultas con las que arrancó ese proceso, el líder del PP tiró de ironía y cine para explicar su visión de lo que está pasando: «El señor Sánchez es simplemente un actor de reparto en una obra que dirige el señor Puigdemont. Veremos cuál es el nivel que le otorga al actor de reparto. Puede darle un Óscar al mejor actor, puede darle un Óscar al actor secundario o simplemente no tener ninguna nominación, pero no sé cómo va a acabar el festival».

Feijoo subrayó así el poder que a su juicio tiene Carles Puigdemont —presidente del llamado Consejo por la República Catalana y prófugo de la justicia huido a Bélgica desde el 2017— sobre Pedro Sánchez, presidente en funciones de España y aspirante a gobernar otra legislatura. La clave es que los siete votos de JuntxCat, el partido que el fugitivo sigue dirigiendo desde la localidad de Waterloo, son necesarios para que el líder del PSOE renueve cuatro años en Moncloa.

Feijoo dijo no saber «cómo va a acabar el festival», pero se mostró seguro de que ya «hay un pacto cerrado» con «varios» partidos, y le molesta «que no se tomen en serio las instituciones, ni siquiera la Jefatura del Estado». Señaló que ERC tiene «claramente» un pacto con el candidato socialista, pero su molestia es todavía mayor en el caso de Sumar, que fue hasta la Zarzuela para «hacer un teatrillo».

Feijoo se refería a las declaraciones del lunes de la número uno de Sumar, Yolanda Díaz, en las que aseguró que «está lejos a día de hoy» un pacto con el PSOE. En la campaña electoral de las generales, Díaz afirmó en numerosas ocasiones que Sumar gobernaría con los socialistas, publicitándose como la pieza clave del tándem con Sánchez para lograr avances progresistas.

La coalición del PSOE y Sumar con sustento de EH Bildu, PNV, JuntsxCat y ERC estaría «prácticamente cerrada» a falta de las «oscuras negociaciones» y «muchas mentiras» que vaticina Feijoo. En el discurso de su fallida investidura, el presidente del PP bautizó a ese Ejecutivo como el «gobierno de la mentira». Ayer repitió ese término, que al menos en sus intervenciones ha sustituido al tan utilizado «gobierno Frankenstein», que acuñó Alfredo Pérez Rubalcaba en el 2016.

Feijoo vaticinó que en las próximas semanas se va a hablar más de «cesiones» y «sillones» que de los problemas de los ciudadanos. No quedará una institución del Estado «susceptible de no ser subastada», auguró antes de advertir del «grave deterioro» institucional que sufre el país.

Frente al PP que «ganó las elecciones» se sitúa «una coalición de intereses o una mayoría negativa» formada por Sánchez con apoyo de quienes «no aceptan la legitimidad de la monarquía constitucional, ni la Constitución, ni las reglas de juego». «Entre el gobierno de la mentira y unas elecciones, creo que es mucho más digno para esta vieja nación unas elecciones, pero eso no depende de lo que yo quiera, sino de lo que decida el señor Puigdemont», remachó Feijoo.

Aunque aderezada con ironía, como su discurso de investidura, la intervención del líder del PP fue para los socialistas un presagio de la oposición dura que les espera. En su rueda de prensa posterior, Pedro Sánchez pidió a los populares «desterrar el insulto y la descalificación». El PP ya acusó al PSOE de crispar por la réplica de Óscar Puente a Feijoo en el Congreso, aunque los precedentes de uno y otro partido se remontan décadas atrás.