Las relaciones entre PP y Vox se enfrían tras perder la Mesa del Congreso

Pablo Medina MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

De izquierda a derecha, Cuca Gamarra, Elías Bendodo y Alberto Núñez Feijoo en el Congreso.
De izquierda a derecha, Cuca Gamarra, Elías Bendodo y Alberto Núñez Feijoo en el Congreso. Eduardo Parra | EUROPAPRESS

Los barones populares piden distancia y Vox vuelve a poner precio a sus votos

19 ago 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Cuando Alberto Núñez Feijoo, líder del PP, y Santiago Abascal, de Vox, vean al rey el próximo martes, lo harán como el perro y el gato. Su ruptura se evidenció el jueves en la votación a la Presidencia del Congreso y en Génova y Bambú los ánimos siguen caldeados. Entre ambas sedes reina el desconcierto: no hay una hoja de ruta común del «frente antisanchista» y la investidura de Feijoo, de por sí complicada, ya pende de un hilo.

La estrategia de Feijoo de formar un bloque unido capaz de persuadir al PNV para dar su apoyo a la investidura del popular fracasó. También su imagen, desolado frente a una bancada socialista pletórica. En el PP quedaron atónitos. Ignoraban que Vox rompería su compromiso de voto. Borja Sémper, vicesecretario de Cultura, dijo que «en determinados momentos», Vox sigue «el juego» al PSOE con sus decisiones. Y ahora, los barones invitan al jefe de los populares a que se desmarque de la formación de Abascal para que conforme una oposición «dura» y que sus hasta ahora cercanos aliados queden relegados al ostracismo político. Ello acompañado de reformas en su cúpula, según fuentes citadas por El Mundo.

Sin embargo, otras voces del partido, como Javier Maroto, vicepresidente primero del Senado, recomienda que la prioridad es continuar con la investidura del gallego. «Feijoo tiene que presentarse a la investidura y hacer todo lo posible para evitar un Gobierno de Sánchez», refirió. Con lo que el líder popular no solo tendrá que hacer frente a las corrientes internas que piden olvidarse de la investidura y sus contrarios, sino también de tratar de que Vox vuelva a prestar su apoyo gratis, algo que, según el PP, no se ha cumplido.

Además, añade gravedad para los populares que la gran mancha azul con la que tiñeron el mapa nacional tras las autonómicas del 28M podría correr peligro. Murcia sigue sin conformar su Ejecutivo y se podría poner sobre la mesa el rupturismo en otras autonomías.

Mantener el apoyo a Feijoo

En las filas de Vox, la lectura es que «todo es culpa del PP». Ignacio Garriga, secretario general de la formación, aseguró ayer que, pese a la «vergüenza» y la «perplejidad» que percibieron después de que los populares decidieran dejarles fuera de la Mesa del Congreso, estarían dispuestos a continuar apoyando la investidura de Feijoo.

Pero, eso sí, sin que sus votos sean «un cheque en blanco», con lo que Garriga devolvió a Vox al período anterior al 23J e insistió en que mucho menos prestarían su apoyo «a cambio de ofensas». Desde la convocatoria electoral, Vox inició la campaña con esa misma consigna, que posteriormente romperían para facilitar que el PP cosechara apoyos para desalojar a Sánchez de la Moncloa. Desde ayer, vuelta a empezar.

Con todo, el tono del dirigente catalán de Vox fue más suave que el de los dirigentes autonómicos del partido. La cúpula tiene claro que hay que suavizar el tono para no perder las mínimas oportunidades de que las derechas gobiernen. No es el caso de sus apéndices regionales, que actúan con más autonomía.

El vicepresidente primero de la Generalitat valenciana y consejero de Cultura y Deporte, Vicente Barrera, señaló directamente a Feijoo por su actitud con el partido verde: «Escupes en la cara de quien es generoso, te tiende la mano y colabora contigo. Ni los votantes del PP entienden al PP de Feijoo», aseguró en redes. A él se le sumó la diputada en las Cortes de Valencia, Ana Vega, que dijo que Feijoo «deja fuera de la Mesa del Congreso al tercer partido más votado y su jefe se va a consolar a la que suelta violadores a la calle», ironizó en referencia al saludo que el dirigente popular dio en el Congreso a la ministra de Igualdad en funciones, Irene Montero.

Entre PP y Vox se mantiene una relación fría. Abascal y Feijoo no volvieron a hablar tras el 23J. Los canales de comunicación entre ambos partidos están congelados e internamente existen en cada partido posturas enfrentadas sobre la relación que deben mantener, máxime cuandocompiten por los mismos votos.

Feijoo no dará relevo a sus portavoces hasta que se resuelva la investidura

El PP no cuenta con que su líder, Alberto Núñez Feijoo, nombre a los portavoces definitivos en el Congreso y en el Senado hasta que se aclare el escenario político y la espera de saber si son oposición, si hay una repetición electoral o si logran formar gobierno.

Los perfiles que se necesita en cada caso son diferentes y por eso fuentes del PP señalan que el planteamiento de Feijoo sería el de esperar a que se aclare el tablero de juego. Según las mismas fuentes, el presidente de los populares no ha puesto plazos al partido a la hora de hacer estos nombramientos. Por contra, lo decidido hasta el momento es optar por portavoces de carácter provisional a la hora de conformar los grupos parlamentarios, según Efe.

Así, por ahora, Cuca Gamarra seguirá siendo la voz del PP en el Congreso tras fracasar su candidatura para presidir la Cámara Baja. Además, el veterano político andaluz Javier Arenas será el portavoz interino en el Senado, donde el PP ha tenido que sustituir a Javier Maroto, que es el nuevo vicepresidente segundo de esta institución.