«Apoyamos que tanto España como Marruecos trabajen juntos hacia una resolución»», afirma una portavoz del Departamento de Estado, sin tomar partido en la crisis
19 may 2021 . Actualizado a las 21:24 h.El Gobierno de Estados Unidos se pronunció este miércoles oficialmente por primera vez sobre la crisis abierta en Ceuta. «Apoyamos que tanto España como Marruecos trabajen juntos hacia una resolución», manifestó una de las portavoces del Departamento de Estado de EE.UU., Jalina Porter, en una rueda de prensa. La portavoz indicó también que Estados Unidos está comprometido con la promoción en la región de procesos migratorios «humanos, ordenados y justos» a través de políticas bilaterales y multilaterales y a impulsar programas para entrenar a las autoridades locales
El pronunciamiento no varía sustancialmente la posición mantenida hasta ahora por la Administración de Joe Biden, que considera que se trata de un asunto bilateral entre España y Marruecos. «Estamos al tanto de la situación en Ceuta, pero dejamos que sean los gobiernos de España y de Marruecos quienes comenten este tema», había declarado un portavoz del Departamento de Estado a preguntas de Europa Press, antes de que Porter se pronunciara oficialmente. Esa misma fuente insistió en que «no se ha tomado ninguna decisión». «Estamos hablando en privado con las partes sobre la mejor forma de avanzar y no tenemos nada nuevo que anunciar», declaró.
El tema, de hecho, no habría figurado en la conversación mantenida el martes por el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, y el ministro de Exteriores de Marruecos, Nasser Bourita, en la que el jefe de la diplomacia norteamericana reconoció a Rabat un «papel clave» para «fomentar la estabilidad en la región».
El acuerdo con Israel
Estados Unidos, por boca de su anterior presidente, Donald Trump, reconoció en diciembre la soberanía marroquí sobre el Sáhara Occidental, un paso simbólico que el actual Gobierno no ha dado muestras de revertir. Trump también medió en un inédito acuerdo político entre Israel y Marruecos, que fue el cuarto país musulmán en sumarse a los llamados Acuerdos de Abraham que suponían el fin del cordón sanitario de los países islámicos a Tel Aviv.
La influencia marroquí en Israel es creciente desde hace años. Un tercio de los altos cargos del Gobierno son de origen magrebí y puestos relevantes, como la embajada ante la ONU, son ocupados por descendientes de esta rama.
La importancia del lobby judío en Estados Unidos es de sobra conocida y, en los últimos días, ha trascendido la estrecha relación de la familia del secretario de Estado de Biden, Anthony Blinken, con el entorno de los reyes Hasán II y Mohamed VI.
Sustituir a Rota
Marruecos es, además, uno de los pocos países que cuenta con un tratado de libre comercio con Estados Unidos, el segundo nivel de alianzas de Washington tras la OTAN. Las compras de armas al otro gran lobby estadounidense, el de la industria militar, son recurrentes. El último ejemplo es el del pasado diciembre, con una inversión de 600 millones de euros. Y, a mayores, Rabat ya ha ofrecido su territorio a Estados Unidos para instalar una gran base militar si finalmente se ven obligados a cerrar sus instalaciones en Rota, vistas con especial rechazo por los principales aliados de Pedro Sánchez en el Gobierno español.
A todo ello hay que sumar que Joe Biden, 120 días después de su toma de posesión, sigue sin llamar al presidente español, que es uno de los escasos líderes occidentales que aún no ha sido contactado por el sucesor de Donald Trump.