Euforia en el PP y esperanza en la izquierda

Gonzalo Bareño Canosa
Gonzalo Bareño MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

El músico Nacho cano hace una reverencia a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, tras ser condecorado con la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo
El músico Nacho cano hace una reverencia a la presidenta madrileña, Isabel Díaz Ayuso, tras ser condecorado con la Gran Cruz de la Orden del Dos de Mayo BALLESTEROS / EFE

Los populares auguran un «punto de inflexión» y el PSOE se aferra a una movilización final

03 may 2021 . Actualizado a las 10:20 h.

Madrid cerró ayer la campaña más convulsa vista en España desde hace muchos años. El ambiente es de euforia en el PP, mientras la izquierda lo fía ya todo a un arreón final de sus bases que rectifique los sondeos. La celebración de la fiesta madrileña del 2 de mayo sirvió a la presidenta de la Comunidad, Isabel Díaz Ayuso, como escaparate para enarbolar por última vez antes de los comicios su discurso de un Madrid identitario y su lema de la «libertad». Su triunfo no lo pone nadie en duda, pero falta saber si le bastará para gobernar y si podrá hacerlo sola o necesitará a Vox como socio. La anécdota la puso el músico Nacho Cano, que impuso a Ayuso la banda del galardón que acababa de recibir. «Por valiente», dijo.

Frente al optimismo desbordado en el PP -Pablo Casado auguró un «punto de inflexión» y el alcalde, Martínez-Almeida, dijo que van a «arrasar»-, la izquierda sigue aferrándose a la sorpresa. Arropado por Pedro Sánchez, que lo comparó con el norteamericano Joe Biden, el candidato del PSOE, Ángel Gabilondo, instó a ese esfuerzo final para «convertir los aplausos en votos». Una frase que recordó al expresidente del Gobierno Adolfo Suárez cuando dijo aquello de «me aplauden, pero no me votan».

«¿No lo visteis en el Capitolio?»

En medio de la polémica por la detención de uno de sus escoltas, a sueldo de Podemos, por pegar a policías, Pablo Iglesias fue el único candidato que no asistió a los actos oficiales del 2 de mayo. El líder de Podemos auguró que si la izquierda gana el 4M, la derecha no lo aceptará democráticamente. «¿No lo visteis en el Capitolio?», dijo Iglesias en referencia al asalto a la sede del poder legislativo en Estados Unidos.

Edmundo Bal, candidato de Ciudadanos, buscó un impulso final que le permita alcanzar el 5 % que le abriría las puertas de la Asamblea presentándose como el árbitro de la crispación a izquierda y derecha y reivindicándose como la opción de la «tolerancia, moderación y futuro». Más Madrid culminó la campaña en un ambiente de optimismo y con sus dirigentes convencidos de que el sorpasso al PSOE es posible. «Madrid es la hostia y nos lo están robando», dijo su candidata, Mónica García, que estuvo arropada por Íñigo Errejón. Rocío Monasterio y Santiago Abascal cerraron en la plaza de Colón convencidos de que Vox será decisivo para formar Gobierno.