Maroto: «Es muy difícil pronosticar lo que va a suceder»

f. b. MADRID / LA VOZ

ESPAÑA

26 feb 2019 . Actualizado a las 08:00 h.

La encuesta de Sondaxe que publicó este pasado domingo La Voz de Galicia ha generado una convulsión en el centroderecha al pronosticar la irrupción de Vox como tercera fuerza y su desembarco en el Congreso con 51 diputados, ninguno de ellos elegido en las provincias gallegas.

 En el PP respetan las encuestas, pero sugieren que una cosa son los trabajos demoscópicos y otra muy distinta las papeletas que finalmente acaben entrando en las urnas. Este lunes, tras la reunión del comité de dirección, el vicesecretario Javier Maroto elogió «la calidad de las empresas de demoscopia y la de los medios», aunque advirtió que «con los cambios en la política, es muy difícil pronosticar lo que va a suceder en la realidad».

Para ello rescató los ejemplos del 2015 y del 2016, cuando se apuntaba a Ciudadanos como fuerza más votada y acabó de cuarta fuerza, o los estudios que pronosticaron el sorpasso de Podemos al PSOE, algo que nunca sucedió. «Las encuestas son útiles, pero el escenario final puede ser muy distinto», dijo. No obstante, en Génova sí que se apoyarán en los sondeos para advertir a los votantes de determinadas circunscripciones que la fragmentación en la derecha puede acabar significando que los representantes en las Cámaras para esos territorios vayan a parar a «Podemos o al PSOE». Fuentes de la dirección popular trasladan a este periódico que en todos los trabajos demoscópicos que han encargado destacan como primera fuerza más votada del centroderecha, y que confían en que las cuentas acaben saliendo para que Pablo Casado pueda llegar a la Moncloa. No obstante, admiten que en las circunscripciones con menos peso los escaños pueden bailar mucho, por lo que pondrán su maquinaria electoral a trabajar a tope durante la campaña para rascar esos restos que puedan resultar decisivos. 

Dos decisiones clave en C’s

Las dos últimas decisiones que ha tomado la dirección de Ciudadanos en estas dos semanas que acaban de pasar han sido motivadas por su retroceso en las recientes encuestas, algo que confían revertir con el veto que anunció Rivera a pactar con el PSOE y con el traslado de Arrimadas a Madrid.