Pablo Casado: «Si presido el PP, Feijoo será lo que él quiera»

Juan María Capeáns Garrido
juan capeáns SANTIAGO / LA VOZ

ESPAÑA

Paco Rodríguez

El líder gallego recibe complacido el cortejo, pero evita explicitar su apoyo hasta escuchar a Santamaría

12 jul 2018 . Actualizado a las 10:11 h.

Exactamente en el mismo lugar, casi a la misma hora y solo 23 días después de desatar el nudo en la garganta que lo atenazaba al ver pasar una de las oportunidades políticas de su vida, Feijoo se llevó un baño de peloteo épico, como probablemente no haya escuchado jamás en su trayectoria ni en el más recóndito concello gallego y por parte del alcalde más fanático. Y se lo dio nada menos que Pablo Casado, de momento candidato a presidir el partido y que desde este miércoles está algo más cerca de su objetivo tras complacer no solo al líder gallego, sino también a un nutrido grupo de compromisarios con mucho peso específico. Entre los líderes territoriales solo pinchó el ourensano Manuel Baltar -de viaje en Bruselas- y un buen número de diputados y conselleiros que estaban metidos en el pleno del Parlamento. Si faltó alguno más, habría que achacárselo al Inglaterra-Croacia.

Casado, a diferencia de Feijoo, no se detuvo en tibiezas ni equidistancias, entre otras cosas porque está en campaña y puede y debe hacerlo. Y por eso se entregó sin ambages al líder gallego, sabedor del decisivo peso de la comunidad en la votación del día 21, poniéndole un cheque en blanco al anfitrión sin fecha de caducidad: «Si presido el PP, Feijoo será lo que él quiera, cuando y como quiera». La afirmación agradó a la concurrencia, y mucho, porque aunque el diputado por Ávila pretende ir hasta el final, incluyendo el cartel electoral del 2020, deja la puerta abierta a satisfacer las aspiraciones políticas del de Os Peares si decide extender su trayectoria fuera de Galicia. Será al máximo nivel, dentro de las cotas que lograse alcanzar Casado, que insistió en que quiere un partido muy activo, dinámico y enganchado a los ciudadanos, un proyecto «igual al PPdeG», continuó con sus descarado galanteo.

El candidato de Aznar, como lo definen muchos, citó a Fraga, a Pastor, a Barreiro, al generoso presidente Rajoy y a su «referente» Feijoo, que abrió el acto y que fue contenido por obligación institucional y por respeto a su rival, Soraya Sáenz de Santamaría, que estará el lunes en Pontevedra en un acto similar al de Santiago, al menos sobre el papel de la invitación. En su intervención, el presidente del PPdeG presumió de la libertad que tuvieron los militantes para escoger su opción en la primera vuelta, y puso ejemplos de resultados dispares por ciudades y provincias, admitiendo finalmente que la opción mayoritaria en Galicia (María Dolores de Cospedal) había quedado descabalgada.

En ese punto tuvo la oportunidad de seguir manteniendo levantada la bandera de la neutralidad, pero no lo hizo. ¿Quiere decir que se va a definir públicamente? Si lo hace, no será hasta que pase el acto con Sáenz de Santamaría, a la que también «hay que escuchar». Tampoco está claro que lo vaya a decir abiertamente, y es muy posible que escoja una vía más discreta y menos agresiva para transmitir sus preferencias, al margen de que cada compromisario pueda votar en conciencia a la hora de la verdad.

Dentro del PPdeG se está calculando el coste del posicionamiento público de Feijoo, previsiblemente a favor de Casado, pero este respaldo podría generar unas tensiones a nivel autonómico que se consideran innecesarias. En la primera vuelta, la provincia de Ourense votó a su manera -por Soraya Sáenz de Santamaría- y es lógico pensar que los delegados de esa provincia redoblarán su apuesta.