El Supremo revisará los procesos de Junqueras y Puigdemont el 6 de junio

C. Reino BARCELONA / COLPISA

ESPAÑA

Torra junto al presidente del Círculo de Economía, Juan José Bruguera, este jueves en Sitges
Torra junto al presidente del Círculo de Economía, Juan José Bruguera, este jueves en Sitges Quique García / efe

Torra trasladará «al nuevo presidente» su disposición a poder hablar de todo

01 jun 2018 . Actualizado a las 08:10 h.

El Supremo revisará el miércoles 6 de junio los recursos contra los procesamientos dictados en el caso abierto por el procés hacia la independencia en Cataluña presentados por inculpados como el expresidente Carles Puigdemont o el vicepresidente Oriol Junqueras, además de otros doce procesados, a los que el juez Pablo Llarena, procesó por delitos de rebelión, malversación o desobediencia. Todos recurrieron contra esa decisión y ahora la Sala que revisa las decisiones de este magistrado en el Supremo celebrará una vista a puerta cerrada con presencia de los abogados defensores, fiscal, abogado del Estado y acusación popular (esta última también ha recurrido pidiendo agravar las acusaciones por las que se procesa a los inculpados).

El Supremo ha rechazado las peticiones de los exconsejeros Jordi Turull y Josep Rull y del expresidente de la Asamblea Nacional de Cataluña Jordi Sánchez de estar también presentes en la vista «al no ser preceptiva su presencia». Los exconsejeros Jordi Turull y Josep Rull y el diputado de JxCat Jordi Sànchez recurrieron ante el Tribunal Supremo su procesamiento argumentando que, a diferencia de su caso, nadie ha sido acusado de sedición por las protestas contra La Manada, en las que un ministro tuvo que salir escoltado. En su escrito, defienden que las concentraciones del 1-O, o del 20 de septiembre pasado ante la consellería de Economía, son «actos legítimos de protesta ante actuaciones judiciales».

Por otra parte, el cambio de gobierno, si se consuma, puede traer un nuevo tiempo a las relaciones entre las instituciones del Estado y las de Cataluña. Superado el momento de máxima tensión con choque incluido, que se vivió entre los meses de septiembre y octubre del año pasado, que culminó con la proclamación de la república catalana, la aplicación del 155 y el procesamiento del anterior ejecutivo autonómico, se abre una ventana llena de incertidumbres, pero que puede ser distinta. Menos crispada.

«Los dos principales responsables del choque de trenes (Puigdemont y Rajoy) han salido de escena y con la llegada de nuevos actores vamos a un tiempo caracterizado al menos por una rebajada de la tensión», afirma un dirigente del socialismo catalán.

Quim Torra se estrenó este jueves como presidente de la Generalitat, inaugurando las jornadas del Círculo de Economía, en Sitges (Barcelona). El foro empresarial está este año marcado por la moción impulsada por Pedro Sánchez, por lo que Torra aprovechó para lanzar un guiño al líder socialista, virtual futuro presidente del Gobierno. «Dialoguemos abiertamente», afirmó. «Estoy dispuesto a hablar de todo, pero pido al Gobierno del Estado que diga de qué quiere hablar», afirmó. «Es la hora de debatir todas las propuestas», añadió.  

Salirse del guion

Por primera vez, un dirigente independentista se salía del guion secesionista, que marcaba que de lo único que podían negociar los gobiernos catalán y estatal era sobre el referendo. Torra defiende como el que más el derecho a decidir catalán y reivindica con firmeza la república catalana. Y será una constante durante su mandato las referencias al 1-O, a los presos y a los «exiliados».

Pero es consciente de que la coyuntura es distinta y este jueves pidió ayuda a los empresarios del Círculo de Economía para que le abran vías de diálogo con el Estado. El PDECat y Esquerra lideran el cambio de rasante en el independentismo: hace dos años votaron en contra de la investidura de Sánchez y ahora rectifican su posición y hoy avalarán la moción impulsada por el líder socialista.

Desde la premisa, eso sí, de que no es un sí a Sánchez, sino un no a Rajoy, como precisó Joan Tardá en su discurso. Torra exige un cambio de actitud, aunque tampoco predica con el ejemplo, como deslizó en privado un empresario catalán, que criticó que el presidente de la Generalitat apele al diálogo y luego en el debate en la conferencia del Círculo de Economía se negara a responder preguntas. Fuentes de la organización señalaron que el presidente catalán adujo que no lo hacía porque no había presentado todavía su programa de gobierno.